Antonio Lobato ponía ayer fin a doce años retransmitiendo la Fórmula 1. Ha sido la voz en nuestra reciente historia de este deporte que, a veces, más tenía que ver con la tecnología que con el esfuerzo físico.
Pasará a la historia por contarnos los dos campeonatos ganados por Fernando Alonso y el italiano Briatore y aunque creo que no sabía tanto, fue él quien nos enseñó lo que era un pit lane o a valorar si los neumáticos debían ser blandos o duros en ese momento de la carrera.
Su desordenada vida –dicho por el periodista-, el cansancio y la fama le han hecho renunciar a comentar los próximos campeonatos. Esperemos que ahoraordene esa vida familiar y se recupere. Des resto no se deberá preocupar porque en un tiempo el público se habrá olvidado de él. Es la crueldad de la pantalla.
España ha perdido interés por la Fórmula 1. O aparece pronto un nuevo campeón o España volverá a tomarse tranquilamente el aperitivo cada domingo sin pensar quien ocupará ese fin de semana la pole position.