(Todo lo que van a leer en este párrafo es ironía) Estoy muy nervioso. Falta muy poco para ver los trajes que llevará nuestra representante durante su actuación. Desde el 69 soñando con un triunfo que se hace esperar. Esas votaciones donde uno espera que a Lituania se le escape alguna migaja o que el jurado noruego no vote un año a Finlandia o Dinamarca.
(Todo lo que van a leer en el siguiente párrafo deja aparcada la ironía) TVE debe pagar 356.000 euros a la Unión Europea de Radiodifusión para poder concursar en Viena. Eso, sólo para que nos dejen entrar. Ahí no están incluidos los viajes, dietas, vestuario, escenografía, sueldos de la delegación y demás coste de trasladar a un equipo completo de no sabemos cuántas personas.
(Todo o que van a leer en el párrafo siguiente habla de 3.500 millones de las antiguas pesetas). Según la tele anfitriona (ORF), el presupuesto no supera los 21 millones de euros (10 del Gobierno austriaco y ORF y 11 del Ayuntamiento de Viena). Me parece un verdadero despilfarro.
(Todo lo que van a leer en este último párrafo es mi reflexión). ¿Dónde están aquellos que atacan los recortes y no dicen nada sobre Eurovisión? Supongo que lo harán por formar en geografía a nuestros hijos y que aprendan que existen países como Moldavia, Estonia, Azerbaiyán o Georgia… que, por cierto, nunca nos votan.