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La cervecera aragonesa ha querido recuperar el uso de este recipiente como el compañero perfecto para disfrutar de una cerveza con limón en verano
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La empresa pone en marcha una acción promocional que estará disponible en diferentes cadenas a nivel nacional con el lema de ‘Dale Radler al Porrón’
Cervezas Ambar ha querido recuperar el arte de beber en porrón, acompañándolo del contenido cervecero más adecuado para este recipiente centenario: la cerveza con limón. Así, de la mano de Ambar Radler, la cervecera aragonesa ha puesto en marcha una acción promocional cuyo objetivo es fomentar el uso de este recimpiente. Para ello, ha diseñado junto con Chichinabo Inc un porrón de edición limitada que estará disponible en las principales cadenas de alimentación hasta fin de existencias.
Según recuerdan desde la compañía zaragozana, se trata de “una forma divertida, social y veraniega de compartir cerveza, que viene acompañada de una breve guía para beber en porrón con arte, para ponerlo en práctica en casa con la mayor destreza”.
El origen de este cachivache ‘made in Spain’
Hasta no hace mucho, era bastante común ver beber en porrón en algunos bares de España. E incluso en algunas casas. Sin embargo, poco a poco ha ido desapareciendo y, aunque aún no está extinto, de no hacer nada para evitarlo en unos años podríamos darle por perdido.
Podría decirse que el “abuelo” de este artilugio es el ritón romano: un recipiente con forma de cuerno que se utilizaba tanto en rituales como en bacanales. Se bebía de él como copa o a gollete por el extremo más fino. Esta curiosa forma de beber se mantuvo varios siglos, pero quienes empinaban el codo se resignaban a mantener el orificio tapado con un dedo entre trago y trago, lo que no hacía excesivamente cómodas las celebraciones.
Pero, ¿qué pasaría si fusionásemos una botella con un cuerno o ritón? El resultado es un recipiente bastante pintoresco mucho más cómodo a la hora de beber de él que una botella, mucho más estable a la hora de apoyar sobre una superficie que un cuerno y encima transportable. Vamos, tal y como recuerdan desde Ambar, “todo un inventazo, y con sello español”.