Una de las cuestiones más sorprendentes de lo vivido con la DANA que ha atravesado gran parte del país este fin de semana es el debate surgido por la publicación de un mensaje masivo a la población madrileña alertando del peligro que se avecinaba y recomendando a los ciudadanos que tomasen precauciones, entre ellas, la de no salir a la calle.
Casi que de repente, se instaló en redes sociales como Twitter una discusión para todo tipo de indignados sin fronteras sobre el peligro que entrañaba que los distintos gobiernos de este país tuviesen nuestros teléfonos móviles, supongo que porque violentaba nuestra privacidad y porque refrendaba esa teoría conspiranoica de que las autoridades “nos quieren controlar”.
Seamos serios. Existe una discusión latente entre la privacidad y la seguridad y hay que abordarla, pero siempre desde el equilibrio en los planteamientos.
Hay que ser muy suspicaz como para no querer utilizar una herramienta como la de los sistemas de mensajería masiva en una situación como ésta en la que, literalmente, un mensaje a un móvil puede salvar una vida. Y hay que ser un poco obtuso para no ver las extraordinarias ventajas que te ofrece un servicio que mejora la respuesta que ofrecemos como sociedad a los efectos de los desastres naturales.
¿En serio hay quien prefiere que no le avisen al móvil de que llega un huracán, un tornado o una DANA? ¿Pero qué quieren? ¿Señales de humo? ¿Esperar que todo el mundo vea el telediario?
Pero es que hay más. Estoy seguro de que la mayoría de los que despotrican como si no hubiera un mañana porque el servicio de Emergencias de un Gobierno les ha mandado un mensaje al teléfono son los mismos que no rechistan cuando se bajan cualquier aplicación de la Apple Store o de la Play Store y les ‘regalan’ a las tecnológicas hasta sus secretos más privados y más íntimos.
Con las redes sociales no nos planteamos estos debates
Y no. No se puede ser tan escrupuloso cuando con una simple notificación que llega a todos los móviles que estén cerca de una antena de comunicaciones se salvan vidas y negocios y luego, por el contrario, ser el tipo más abierto del mundo con tal de poder subir tus fotos a una red o a cambio de poder comprar tu ropa por internet o de suscribirte a un canal de lo que sea.
Como si te fiaras más de Tik Tok y de Instagram que de los bomberos y la Protección Civil de tu pueblo, cuando estos últimos te quieren salvar la vida mientras que los primeros se limitan a aprovecharse de ella.
Así que, ya saben, denuncien todo lo malo que llega a través de las pantallas, pero no dejen de lado lo bueno que les ofrecen sin mayores historias. Por ejemplo, y por la cuenta que les trae, que les puedan avisar al instante de que hay una DANA con muy mala leche que va a llegar a la puerta de su casa en cuestión de unas horas.