En la mayoría de las ocasiones, las mujeres emprenden movidas por la necesidad de encontrar un equilibrio entre lo personal y lo laboral. La falta de conciliación dificulta el desarrollo personal y profesional de las mujeres. Sigue siendo habitual la inflexibilidad horaria en las empresas, como consecuencia de ello una de las primeras acciones que se toman es la reducción de jornada, pero de nuevo se abre la brecha de la desigualdad, pues son más las mujeres que los hombres que reducen su jornada laboral para poder conciliar su vida familiar con el trabajo.
Otras características de las mujeres que emprenden es que se sienten solas y a menudo sufren el Síndrome del Impostor. No es casualidad que existan las comunidades de mujeres emprendedoras, pues son muchas las autónomas que necesitan impulso, apoyo y motivación, para lograr la visibilidad que sus proyectos necesitan.
Bualá, crecimiento en femenino
Y es que hay tantas mujeres emprendedoras que no terminan de ver resultados y que no cuentan con grandes presupuestos para impulsar sus negocios, que los espacios como Bualá! se hacen imprescindibles. De hecho, Bualá! un espacio para el crecimiento de los negocios en femenino, nació de esta realidad, de oír a mujeres emprendedoras que tienen formación y talento, pero que no saben cómo impulsar sus negocios a través de la comunicación y el marketing.
Esta empresa sevillana ofrece mentoría para emprendedoras y empresarias, formaciones de marketing digital y servicios de comunicación con el propósito de acompañar a estas mujeres y hacer brillar sus negocios. La particularidad de Bualá! es que tanto la mentoría como las formaciones que imparten son individuales, presenciales, prácticas y totalmente personalizadas para cada una de sus clientas. Ahora está muy de moda todo lo online y lo grupal, pero en Bualá! creen firmemente que para que un acompañamiento sea real y valioso para la emprendedora, ha de ser presencial e individual y aplicado en particular a su negocio.
*Fuente: Estudio ‘Las Invisibles’, realizado por la asociación ‘Yo no renuncio’ del Club de las Malasmadres.