En Andalucía uno de cada cinco centímetros cuadrados está protegido. Cuenta con una diversidad geográfica donde puedes componer tu destino vacacional bien entre las cumbres más altas de la Península, humedades con aves únicas o tramos de costas sin habitar. Mar y playa pero también tierra volcánica, desiertos o espesos bosques mediterráneos. Un destino natural de vacaciones, naturalmente una experiencia única que elegir.
Y para que solo tengas que preocuparte de sentir, compartir, disfrutar, vivir con alegría … y no perder tiempo en logística te lo ponen fácil. Andalucía cuenta con un amplio número de equipamiento de uso público, como centros de visitantes, áreas recreativas y zonas de acampada. Y una importante oferta de interior con actividades al aire libre y recursos culturales.
De todos estos espacios naturales destacan los tres Parque Nacionales declarados en Andalucía.

Sierra de las Nieves
En el corazón de la provincia de Málaga, la más montañosa de España. El contraste geográfico de la Sierra de las Nieves es capaz de ofrecer la sima más profunda de Andalucía y cimas con. más de 2.000 metros. Está considerado un modelo de convivencia entre el Hombre y la Naturaleza pues este patrimonio natural se integra, o viceversa, con ciudades como Málaga, Ronda o Marbella.
Sierra Nevada
Aunque es la estación de esquí más importante de España, también es un lugar ideal para huir del calor veraniego. El Parque Nacional de Sierra Nevada (Granada y Almería) es un refugio de alegría para las vacaciones de verano por su oferta de actividades y propuestas para el ocio, el deporte y el astroturismo. Además, presenta una de las floras más preciadas de Europa, una de cada cuatro plantas catalogadas en la Península están en el enclave natural. También cuenta con dos de los picos más altos de España: el Mulhacen y el Veleta.

Doñana
Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad. El Parque Nacional de Doñana es el de mayor extensión de España. Pero no solo destaca por la extensión sino por la riqueza de sus fauna y flora. Forma un complejo mosaico de paisajes, con especies animales protegidas como el lince ibérico, el águila imperial o el ciervo. Un laberinto donde encontrar sensaciones en medio de un laberinto de marismas, lagunas y caños, cotos y pinares, vetas y veras, dunas, playas y acantilados.
Turismo de interior, destino natural de vacaciones
Son tres ejemplos, referencia nacional y para toda la Humanidad. Un legado de nuestros padres y madres, una herencia para nuestros hijos e hijas. Al igual que resto del patrimonio natural de la Andalucía de Interior. La de las viejas minas, poblados mineros y vías verdes antaño de ferrocarriles. Tradiciones, cultura, historia, paisajes, clima, gastronomía y una gran oferta de alojamientos rurales. Patrimonio que cuidaron para vecinos y visitantes, una esperanza para la vida plena de nuestros pueblos.
Varias son las rutas o comarcas donde encontrar este tipo de turismo desde el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, al de Sierra Nevada, con una oferta de enorme calidad en los pueblos de la Alpujarra granadina y almeriense. La sierra de Huelva, por Aracena, Cortegana, Hinojales, Fuente Heridos, Aroche y Alájar, es única, como Sierra Morena en Córdoba y la Sierra Norte de Sevilla.
Y si en las tierras áridas de Almería, por la comarca de Los Vélez, Sierra María y Gádor, con la de Alhamilla, hay lugares de turismo interior que asombran a los visitantes, no lo son menos las sierras más húmedas de Andalucía, por tierras de Los Alcornocales, Grazalema, Castellar de la Frontera y la Almoráima, en Cádiz.

Pueblos blancos
También los pueblos blancos de la sierra gaditana desde los que se sube hasta la serranía de Ronda (Málaga) y los del valle del alto Genal cuentan con una oferta de alojamiento muy atractiva, donde se puede disfrutar de la ancestral cultura de estas tierras y de una gastronomía muy rica y peculiar.
Hay serranías en Málaga y Granada con gran peso en la historia, como sucede con la Axarquía malagueña o el Valle de Lecrín granadino. Su pasado morisco, con las huellas del mudéjar en sus torres eclesiales, está en cada rincón de los encalados pueblos axárquicos, donde recios guisos ayudan a reponer fuerzas.
Si se ha querido subir al pico de la Maroma o asomarse al Boquete de Zafarraya, abierto a las tierras onduladas de Alhama de Granada, se descubrirán sus caminos hoyados por romanos, árabes, contrabandistas y bandoleros que tenían posada y fonda en la Venta de Alfarnate y en el mesón del Vizco de El Borge, por citar ejemplos.