Ganar en las redes, perder en las urnas

Ya hay bastante literatura científica respecto a la influencia de las redes sociales en los procesos electorales. Hoy ya no es una herramienta más dentro de la comunicación política sino que es un eje y puntal básico. No se entendería una campaña sin una estrategia definida en Twitter, Facebook o Instagram.

Lo que está claro es una ventaja competitiva, y en algunos relumbrados casos ganadora. Guardamos en la memoria colectiva los sms del 15M y las elecciones previas 11M; la campaña en Facebook de Obama o Donald Trump, o la estrategia de VOX. A esto último cabe reseñar una cita de un alto dirigente de la formación: «para qué queremos medios de comunicación si tenemos redes sociales».

Jugártela a una baraja con cartas marcadas. Trabajas el control del mensaje y la influencia en el destinatario. Ya se sabe a falta de alfabetización mediática, buenas son las Fakes News. Y así hay quien ha llegado al poder o está en las puertas de hacerlo. Pero ser tu propio medio de comunicación no resulta ya suficiente.

¿Está dejando de ser decisiva? Habrá que comparar más procesos en el tiempo para comprobar si lo ocurrido en Andalucía es una tendencia que se confirma, o una raya en el agua. Y es que según comscore, que hasta la llegada de GFK ha sido el medidor oficial de audiencia digital, el panorama ha cambiado. Macarena Olona sacó la mayoría absoluta en la conversación social pero luego no ha resultado ser decisiva para ser presidenta o vicepresidenta de Juanma Moreno.

Según esos datos, la vecina de Salobreña fue claramente la ganadora de las elecciones pues durante toda la campaña generó un compromiso o engagement notablemente mayor al del resto de candidatos. Solo le siguió, la candidatura del presidente absoluto Juanma Moreno, mucho mejor planificada. Por cierto, el resto de candidatos casi tarifa plana.

Aquí en la tabla podemos ver el óptico de la campaña:

¿Y cómo es posible «si hoy todo pasa por las redes«? Varios pueden ser los factores. Por ejemplo, que los votantes ya están escarmentados de que se les utilicen con mensajes incendiarios y van descubriendo el tufillo de que algo en la «información» huele mal. También que una campaña de bombardeo durante dos semanas no tapa, para bien o mal, la gestión de una legislatura. Tampoco maquilla si no se ha hecho un buen trabajo de oposición o elegimos al candidato/a equivocado.

De la misma manera, también las redes han puesto cerco a la desinformación y whatssap ya no deja que «reenviar» los bulos como antes; hay un límite de cinco destinatarios que convierte las autopistas de desinformación en carreteras secundarias. Además, no por generar más conversación obtiene más rédito electoral, cuando el mensaje se te vuelve en contra el «efecto boomerang» te noquea.

De una manera u otra ahí están los resultados. ¿Cambio de tendencia? Nos quedan unas cuantas elecciones próximamente para comprobarlo.

Comparte esta noticia en redes sociales:
Quizá te interese:
Ofertas de Empleo

Ofertas de Empleo

Actualización diaria de ofertas de empleo, becas, concursos, premios.

En Portada

Síguenos en Twitter

bloque-newsletter

Suscríbete a nuestra Newsletter

Recibe en tu correo electrónico las noticias destacadas de Andalucía

Quiénes Somos