El próximo 11 de noviembre se cumplen 4 años del adiós de Gregorio Esteban Sánchez Fernández, mejor conocido como Chiquito de la Calzada. Han pasado 1.460 días desde que el humorista falleció y dio paso a la leyenda, puesto que con su partida, este ilustre malagueño de nacimiento y de corazón sigue más presente que nunca en el día a día de millones de españoles a través de su extenso legado.
Hijo de un electricista y una ama de casa vecinos de calle Calzada de la Trinidad del barrio de La Trinidad, subió por primera vez a un escenario a los 8 años junto a la compañía “Capullitos Malagueños” donde desarrollaría sus habilidades para el cante flamenco bajo el apodo “Chiquito de la Calzada”, en homenaje a la malagueña calle en la que nació. Mucho antes de convertirse en icono de la cultura española, Chiquito actuó en los principales teatro de Madrid, recorrió parte del mundo como cantaor y llegó a acompañar a Camarón siendo uno de sus palmeros. Prueba de su arte con las palmas es su aparición en uno de los capítulos de la popular “Vacaciones en el Mar” allá por 1985. En este, la tripulación de la serie desembarca en Barcelona y contemplan un curioso tablao flamenco improvisado en pleno Barrio Gótico.
Chiquito de la Calzada, Genio y Figura.
A pesar de la amplia carrera en el mundo del flamenco, la fama sorprendió a Chiquito a los 62 años, cuando en 1994 fue descubierto por el productor Tomás Summers para el programa ‘Genio y Figura’ de Antena 3, formato en el que demostró su don para el humor y que le catapultó al estrellato gracias a las peculiares frases y coletillas empleadas para contar chistes.
“¡Al ataquerrr!”, “¿Te das cuen?”, Eres un fistro de bambino», «¡Cobarde, pecador!», «Hasta luego Lucas», «A can de mor», «¡Torpedo!», “No puedorrr” o «Diodenal» son solo algunos de los modismos utilizados por el cómico que han pasado a la historia y le convirtieron en uno de los personajes más queridos del país. Sus movimientos, expresiones y su personal forma de comunicar crearon un lenguaje propio que caló en la sociedad de la época y que ha traspasado generaciones, siendo utilizado en la actualidad por personas de todas las edades y sectores indistintamente.
Chiquito fue un auténtico fenómeno viral mucho antes del boom de Internet y la irrupción de las redes sociales, e incluso es considerado por numerosos expertos como el auténtico precursor de los influencers. Tal fue su éxito que el andaluz fue requerido oara protagonizar películas como «Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera» (1996), «Brácula: Condemor II» (1997) y «Papá Piquillo» (1998) o participar en las taquilleras “El Oro de Moscú” (2003) o “Torrente 5: Operación Eurovegas” (2014). Pero el del séptimo arte no fue el único campo que el genio del humor conquistó…
El sello de Chiquito en la publicidad y el marketing
El potencial de Chiquito tampoco pasó desapercibido para marcas y publicistas, que rápidamente apostaron por el cómico para protagonizar anuncios o campañas publicitarias. Ya en los 90 apareció en un spot de Gallina Blanca, mientras que el mítico recopilatorio musical Bolero Mix le escogió como imagen para sus anuncios y la portada del disco. En pleno apogeo del Chiquitismo, Matutano lanzó un nuevo aperitivo similar a los conocidos Boca-Bits llamados Fistros, que incluían de regalo los famosos Chiqui Tazos. Otras marcan que contaron con el malagueño fueron Burger King, La Española, Cruzcampo o Campofrío,
Como no podía ser de otra forma, el merchandising también ha sucumbido a los encantos del cómico y se pueden encontrar infinidad de artículos dedicados a él. Camisetas, libros con sus chistes, llaveros o muñecos son algunos de ellos y el casino online cuenta con slots de Chiquito que causan furor en la red.
Con todo esto y con el genio todavía presente en nuestro día a día, queda claro que el legado de Gregorio Sánchez sigue vivo a través del cariño y la admiración que todos los españoles sentimos por el rey del humor. ¡Larga vida al rey!
