Hay dos tipos de entrevistas, las que el entrevistador se las ve y desea para sacar un titular. Y otras donde de una tacada te encuentras con más titulares que preguntas en su búsqueda. En este segundo grupo podemos encuadrar la realizada al profesor Marcel Planellas. La conversación sobre «El Libro Rojo de la Innovación» (Editorial Conecta. Penguin Random House) ha sido una lección sobre uno de los motores capitales de la sociedad, el poder y la empresa. Que la disfruten.
El filósofo Gregorio Luri hablaba en una conferencia sobre la confusión ‘entre lo bueno, nuevo e innovador’; donde a veces lo bueno se descarta por no ser bueno o lo último …
Tiene buena parte de razón, el propio Ferrán Adriá dice que tenemos ‘innovatitis’. Pero visto desde el lado empresarial la innovación no es tener ideas sino llevarla al mercado y encontrar un cliente que no solo le vea valor sino que pague por ella. Es un proceso fundamental, más largo, porque si no hay innovación y siempre repites lo mismo la perspectiva te elimina en el tiempo. Por tanto, la innovación es una necesidad de las empresas hoy en día.
Usted innova también en este propuesta editorial No propone un libro blanco de recomendaciones, ni un «azul» de buenas prácticas sino uno «rojo». ¿Qué pretende en sí?
Los «libros blancos» son de diagnóstico y situación. En mi opinión esa síntesis ya está hecho. Otros hablar de documento en «Blue», de medias gubernamentales, bien. Pero yo propongo otro libro, para pasar a la acción y hacer. Impulsar a los directivos y empresarios a romper mitos en la innovación; no es una habilidad de determinadas personas sino que cualquier empresa si se lo propone y se estructura puede llegar a hacerlo.
Utiliza como ejemplo de ese proceso a Ferrá Adriá y El Bulli. ¿Por qué?
Me llamaba la atención que siempre se asociara la innovación a startups; o las grandes tecnológicas norteamericanas. Y busqué un caso más cercano, tal El Bulli que viene de un área profesional tradicional como la restauración; de dos emprendedores sin estudios, situados en una cala de la Costa Brava … que consiguió ser reconocidos a nivel mundial como el restaurante más creativo e innovador. Se conocía Ferrá Adriá, sus platos pero había una parte oculta: cómo lo habían logrado. Qué sistema habían perfeccionado para conseguir cada año el 100% de la carta con novedades que eran grandes novedades en del sector de la alta cocina. Por eso, opté por este caso e ilustrar algunas partes.
Si llegar a vivir Picasso, igual lo haces también de él …
¡Seguramente! porque Picasso está alineado con mi visión de «yo cada mañana me levanto a trabajar por si me llega la inspiración que me pille trabajando». Pese a lugares comunes en el imaginario colectivo, era una persona sistemática, organizada … como Ferrá Adriá, al que también consideran genio.
Un artista general, muy creativo. Y en este sentido nos arrogamos de un enorme capital de talento pero no sé si lo ligamos suficientemente con la innovación …
Hay muchos innovadores de café, e innovación no es solo tener ideas. Pero es necesario ser emprendedor, convertir aquella idea en un proyecto, producto o servicio … algo concreto. Y eso lleva un proceso para pasar a la realidad.
Ayuda el sistema educativa a que ese proceso arranque …
Se podría hacer más. Trabajar más la competencia emprendedora, que para enseñanza secundaria es ser capaz de crear o entender complejidades, hacer de una proyecto una realidad. Se debe trabajar más proyectos, aprendiendo al hacer.
¿Qué factores condicionan la innovación?
En el mundo de la empresa, el factor principal es que se dedican en demasía a la gestión del día a día, y poco tiempo a pensar en nuevas oportunidades y en el futuro. A una cosa le llamamos explotar y a otra explorar, con el problema básico de que en la actualidad los empresarios se dedican mucho mas a lo primero que a lo segundo.
Equipo, cultura, recursos y proceso … ¿Cómo echamos a andar un sistema innovador?
Estos cuatro componentes son la base de la innovación. Pero si profundizamos en ella hay una dicotomía. Hay quien se vuelca en las personas y la cultura, es decir, la manera en que se hacen las cosas en la organización. Pero se dejan la parte hard, de los recursos y procesos; no solo económicos, puede ser darle tiempo a las personas. Por otro lado, te encuentra grandes empresas que creen que basta con poner recursos grandilocuentes como grandes infraestructuras al servicio de la innovación (laboratorios, edificios dedicados …) pero se olvidan de las personas, los equipos. Debe haber un equilibrio, aunque me decanto echar la parte de la balanza en las personas. Con grandes recursos pero sin equipo humano es difícil que salgamos adelante.
Las startups, los emprendedores llevan el ADN la innovación. Pero ¿Y la administración o el resto de empresas?
El reto creo que está sobretodo para las empresas ya consolidadas, como dar el paso para seguir innovando, adaptándose, creciendo y desarrollándose. Igualmente, la innovación va por barrios … en este caso sectores. Los hay a los que la propia dinámica los convierte en muy innovadores, donde como te duermas te sacan del mercado. Otras áreas son más estables. El problema de la administración pública es que no tiene competencia y se autoexigente es más complicado. En estos últimos años se ha confundido digitalización con innovación. Una es consecuencia de la otra, pero se puede innovar sin digitalizar en la mejora del servicio, producto, atención … Innovar es mucho más amplio.
Por último, El Bulli dijo que «cerraba para volver a abrir». ¿Cómo hacermos para no cerrar la cultura de la innovación en la empresa?
La empresa es una herramienta, la innovación es la constante. Puede cambiar el objeto empresarial o social, ser un restaurante o una Fundación; lo importante es el camino que trazas a la hora de innovar. Después de una idea y hacerla realidad, vendrá otra que ya se estará gestando mientras poner en práctica la anterior.