En la agencia de Rubén Juan Serna, consideran que era hora de un cambio de imagen acorde con los tiempos que estamos viviendo, más dinámicos y eclécticos.
La agencia conserva el naming, pero rediseña su nuestra identidad visual conservando el espíritu del kiwi, simplificando su pico en forma de exclamación, de I de información, innovación e identidad. Un ejercicio de síntesis que transforma su marca en un poderoso elemento comunicativo a través de sus formas sencillas, directas y efectivas.
Alrededor de esta nueva identidad han construido el branding que necesitaba esta marca, confeccionando una paleta más moderna ‘que oscila entre el negro puro del rigor profesional, y los tonos rosas y azules, presentes en el lenguaje disruptivo y transversal que definen al siglo XXI’.