- La marca coruñesa vive una segunda juventud aupada por la película Parásitos, ganadora de un Oscar en 2020, que mostró sus botes de patatas en una de sus escenas
Una marca con más de 90 años de historia que, enarbolando la bandera de la tradición, consigue traspasar fronteras. Esa es la historia de las patatas fritas de origen coruñés Bonilla a la vista.
La marca acaba de estrenar nueva imagen, un nuevo concepto, nueva estrategia de contenidos y hasta un nuevo tono en su logo para celebrar «la fórmula de la eterna juventud». Así es como la agencia RECLAM, también coruñesa, define la estrategia implementada en la nueva cara de una de las marcas de snacks más famosos de Galicia.
«Empezar a trabajar con una marca aún más antigua que la nuestra ha sido increíble. Pese a sus 93 años de antigüedad, 10.272 kilómetros no han sido un problema para que esta marca se convirtiese en un icono hasta en Corea», explica la agencia en su página web.
Y es que Bonilla empezó a vivir una segunda juventud cuando, la ‘oscarizada’ película Parásitos mostró su producto en 2020. En las grandes pantallas de todo el mundo vieron la imagen icónica de toda la familia Kim comiendo en la casa de los Park. En el suelo, uno de los tradicionales botes de patatas fritas de la marca que creó en A Coruña en 1932 Salvador Bonilla.
La aparición cinéfila de esta marca gallega no fue del todo casualidad, ya que la compañía decidió en 2016 poner sus miras en el mercado coreano vendiendo, por aquel entonces, más de 40 toneladas del snack más crujiente y típico para acompañar bebidas en nuestro país. Ahora, bajo el lema ‘Es el momento de no cambiar nada’, RECLAM busca darle una nueva imagen para una receta «de hace 90 que funciona».
«Nueva estrategia digital, branding… y patatas, muchas patatas. Una maravilla, vamos», explican los creativos coruñeses en su campaña. Hasta tal punto se han focalizado en esta campaña que desde la agencia hasta ironizan con la creación un nuevo departamento en su organigrama: el departamento ‘crunchy’.