Los medios de comunicación han sabido estar a la altura del dolor que está viviendo el ya ex seleccionador de la «Roja». En la antesala del partido contra Malta el técnico asturiano abandonaba la concentración por un asunto de extrema gravedad que por expreso deseo de Lucho no ha trascendido.
Y el simple hecho de no hacerse público ya se convierte en noticia. El propio Luis Enrique, que ha tenido sus altibajos con los medios, no ha querido olvidarse en sus agradecimientos de «los medios de comunicación por vuestra discreción y respeto por la situación».
En los últimos tiempos hay determinada «telediversión deportiva» que opta más por el entretenimiento que la información, el espectáculo en los platós a los terrenos de juego. El «crack» es el tertualino de turno, el «pichichi» quien chilla más y más aspavientos hace.
Pero es justo decir que este patrón «deluxe» no es aplicable al caso Luis Enrique. Desde un primer momento los medios de comunicación se han mostrado solidarios con el exjugardor y entrenador. Han regateado al morbo y han cumplido con el deseo del técnico. Esta vez los medios también han jugado en equipo y han hecho «piña» para arropar al seleccionador. Ha triunfado el periodismo serio y responsable.
Estas son las palabras de despedida de Luis Enrique:
«Debido a que los motivos me impidieron desarrollar con normalidad mis funciones como seleccionador desde el pasado mes de marzo continúan a día de hoy, he decidido dejar dicho cargo.
Todo mi agradecimiento a los responsables de la RFEF por la confianza y la comprensión mostrada.
Agradecer especialmente a todas las personas que forman parte del staff y los jugadores por su profesionalidad. Sin olvidarme de los medios de comunicación por vuestra discreción y respeto por la situación. Gracias de corazón».