Trabajadora incansable, disposición absoluta, sonrisa permanente. Así es Canto Marbán, una joven toresana que ocupa, nada más y nada menos, que el puesto de Directora de Comunicación del Zamora CF y del Teatro Ramos Carrión de la capital. Periodista con mayúsculas, apasionada del deporte y la cultura, lucha cada día por hacerse oír en una tierra castigada por la despoblación. Siempre agradecida por haber encontrado la estabilidad en Zamora, Canto cuenta a Extradigital el día a día de una Dircom dividida entre el teatro y el campo de fútbol y que apuesta, siempre, por dejarse llevar por los impulsos que le permitan crecer en nuevos proyectos.
- Si echamos un vistazo a todas las categorías del fútbol, no son muchas las mujeres que encontramos en un puesto como el tuyo. ¿Cómo te sentiste al ser propuesta para ocupar el cargo de Directora de Comunicación del Zamora CF?
- Muy emocionada y consciente de lo que suponía decir que sí al proyecto de los nuevos inversores del club. El Zamora CF pasa un momento de crecimiento centrado en la profesionalización y con unos retos que generan ilusión entre los amantes del fútbol y que generan unas expectativas en la sociedad zamorana. Este despegue conviene gestionarlo a base de trabajo, implicación personal y mucha sensibilidad. Hace pocos meses el club lanzaba un S.O.S. para salvarse de una complicada situación y el llamamiento consiguió una respuesta ejemplar. El granito de arena de muchas personas generó una montaña y en este momento el Zamora se encuentra en plena escalada. ¡No podía quedarme de brazos cruzados!
- ¿Cómo han sido estos meses en el nuevo trabajo? ¿Has sentido o notado algún tipo de discriminación al ser un campo dominado por hombres?
- Para nada. Tengo unos compañeros estupendos y la relación con las personas que forman el organigrama, desde jugadores a directivos, es una de las fortalezas de este club. La base es el respeto y la confianza. Un buen ejemplo del funcionamiento diario es que la fisio del Zamora CF es mujer. Andrea es una gran profesional, una de las piezas fundamentales y la persona que más está en contacto, sobre todo físico, con los futbolistas. Trabajamos para que el potencial de los jugadores destaque, para acercar al resto su enorme esfuerzo y esa labor conlleva mucha implicación. Eso sí, hay líneas básicas que no me gusta cruzar. El vestuario es un espacio donde se viven las emociones más fuertes y pienso que sólo quien desempeña la labor deportiva debería cruzar.
- ¿Cómo funciona la comunicación en un club como el Zamora? ¿Cuáles dirías que son los puntos fuertes y los que necesitan un poco más de atención en lo que a comunicación deportiva se refiere?
- Trato de ponerme siempre en la piel de los compañeros de la prensa, en sus horarios y sus necesidades (aunque no siempre acierte con todos) y pienso también en lo que necesita saber el aficionado. El Zamora CF está ahora mismo en Tercera División pero las exigencias que nos marcamos son muy altas. Tratamos de generar información diaria: noticias deportivas, balances o fomentar el marketing a través de eventos y redes sociales. En el “debe” lo tengo claro. El siguiente paso es acercar a los padres el trabajo que se realiza desde la Escuela de Fútbol del Zamora CF. Cada semana se generan dinámicas y rutinas especiales y es importante plasmarlo a través de sus propias redes para diferenciarlas de las actividades del primer equipo y ser cuidadosos con la información además de transparentes.
- Uno de los momentos más potentes -a nivel comunicación-, desde que entraste en el Zamora, ha sido la presentación de la camiseta con el lema ‘Sangre, sudor y lágrimas’. ¿Cómo viviste la repercusión mediática que tuvo?
- Puedo asegurar que la presentación y los momentos posteriores que vivimos han sido de los más intensos que he vivido como periodista. La gala fue impecable, sobre el diseño de la camiseta surgieron opiniones para todos los gustos, pero cuando acabamos, nos topamos con una realidad que intuíamos pero no esperábamos. Tras la presentación, trabajamos la comunicación hasta altas horas de la madrugada. Enviamos un kit de prensa: fotos, nota de prensa y vídeos a un mailing que preparamos cuidadosamente y…¡click! Media hora después llegó el primer pedido de camisetas desde Barcelona, Andalucía o Canarias y los medios deportivos más seguidos del mundo del fútbol se hicieron eco de nuestra noticia. En 24 horas los pedidos y las noticias llegaron desde los cinco continentes y la repercusión en países como China o los más futboleros, como Brasil, Argentina o Italia, subió como la espuma. En Twitter conseguimos ser ‘Trending Topic’ y la presentación de la camiseta fue la noticia con más impactos en medios como el Diario Marca. Durante toda la semana no cesaban las llamadas de radios nacionales e internacionales y por fin, se hablaba de Zamora y del Zamora para bien. Cultura, identidad, marca…la camiseta del corazón como la llaman muchos, es mucho más que una vestimenta.
- Has pasado por los medios, concretamente por la Televisión Canaria, y luego tu carrera ha estado enfocada a la comunicación institucional. ¿Fue algo buscado o un camino que apareció por casualidad?
- En la vida surgen oportunidades y hay que elegir. Puedo decir que ser presentadora del espacio de deportes del Buenos Días Canarias supuso un vuelco interior. Era un sueño para el que me empleé a fondo y llegó en pleno ascenso del CD Tenerife a Primera División, con los chicharreros acampando a las puertas del Heliodoro Rodríguez López para conseguir las mejores entradas. En aquel momento éramos líderes de audiencia, había euforia, los aficionados gastaban lo que no tenían para acompañar al equipo fuera de la isla… ¡Eso era algo más que fútbol! Pero lo cierto es que llegó pronto, con tan sólo 23 años, lejos de casa y de mi entorno. En aquel momento sentía vértigo y al principio me podía más el sentido del deber aunque después tomé conciencia y aprendí a disfrutarlo. Algo similar me ocurrió con la política. No podía mirar atrás, era una puerta que se abría, suponía volver cerca de los míos y la crucé. Siempre tuve la inquietud de volver a las islas y las echo de menos cada día. Una parte de mí se quedó en medio del Atlántico, pero aposté por Zamora y he encontrado mi estabilidad aquí, algo que no todo el mundo puede hacer. Estoy muy agradecida y tengo mucho que aportar en mi tierra.
- Has estado al frente del gabinete de prensa de la Diputación de Zamora en la época en la que Fernando Martínez Maíllo era presidente. ¿Cómo fue dar ese salto a la comunicación política?
- La Comunicación Institucional me parece apasionante, me confieso adicta a la cultura, el deporte y la política a partes iguales y si tienes la suerte de trabajar con una persona con proyección profesional, como fue mi caso, el crecimiento no tiene límites. En los últimos años se apuesta por las “cuotas” a la hora de conformar los gobiernos, también en los cargos que acompañan a los políticos. Mi sensación es que en aquel momento todavía era un mundo muy dedicado a los hombres pero desde hace unos cinco años la política ha experimentado un cambio y en este momento, la cuestión política también es cosa de jóvenes, independientemente del sexo y no sólo se reserva a la experiencia. No creo que por ser hombre o mujer alguien merezca ocupar un puesto, sí creo en la validez personal y en la preparación para el cargo. Ya no puedo valorar si la oportunidad de trabajar en política llegó pronto o no, ahora puedo decir que fue duro pero conseguí evolucionar mucho como persona y estrechar lazos que me hicieron crecer y a día de hoy me hacen más fuerte.
- Por si fuera poco el trabajo que supone llevar la comunicación de un club de fútbol, lo compaginas con las labores de responsable de prensa del Teatro Ramos Carrión de Zamora, del que también eres Directora de Comunicación. ¿Cómo es eso de ser responsable de comunicación en dos ámbitos tan diferentes?
- Supone dedicación total, de lunes a domingo y casi las 24 horas al día. Los fines de semana toca viajar con el equipo, pasar mucho frío y cuando vuelves a casa después de kilómetros de viaje aún hay que trabajar hasta las tantas. Reconozco que el apoyo y el entendimiento de mi pareja forma parte de la receta para que todo salga bien. Me encanta leer sobre coach, psicología, etc., pero ahora es cuando realmente entiendo lo que se llama “cerebro reptiliano”. Hay que desdoblarse y lo que siento es que mi cerebro está mejor aprovechado. No puedo detenerme a darle vueltas a cuestiones que no me aportan nada porque necesito concentrarme y resolver otras muchas. La verdad es que no soy de las que se quejan. La diferencia es que no siento el trabajo como una carga. La cultura es un alimento para los sentidos en toda regla y los fines de semana, cuando toca trabajar con el equipo de fútbol, trato de aprovechar para hacer turismo, descubrir otras ciudades y dedicarlo a mi tiempo personal.
- Dircom en el Fútbol y en el Teatro. ¿Deporte o cultura?
- ¡Los dos son necesarios! Siempre me veo en la misma tesitura, pero, no soy yo quien distribuye áreas. En muchas instituciones, la cultura y el deporte van de la mano, no seré yo quien los separe. Ambos aportan grandes satisfacciones y son grandes opciones para disfrutar del tiempo libre totalmente compatibles.
- ¿El aporte más positivo que te hacen los dos trabajos?
- Ambos campos, el cultural y el deportivo me permiten desarrollar iniciativas comprometidas socialmente. Desde el Teatro Ramos Carrión colaboramos cada año con nuestra campaña “Regala Teatro” con asociaciones sin ánimo de lucro. Desde nuestro ámbito, todos podemos y estoy convencida de que debemos aportar algo al mundo en el que vivimos, más allá de lo meramente personal. Con el Zamora CF sucede lo mismo. Al margen de los resultados deportivos, lo que más me llena son las visitas a centros escolares, las campañas de donación o la concienciación en valores a nuestra sociedad. Todos venimos al mundo para hacer algo grande.
- ¿Cómo ve el futuro Canto Marbán?
- Cargado de nuevos retos. No me gusta acomodarme y cuando una actividad empieza a resultar llevadera, siento un impulso que me lleva a crecer en un nuevo proyecto. Hay quienes apuestan por la profesionalización pero no hay nada más aburrido que las personas “monotemáticas” o expertos en un micromundo. Hay que decir adiós al “yoísmo” y ser más comprometidos. Hacer todos los días lo mismo debe ser aburridísimo.