Querido Paco,
No sé si es mi sensación pero esta semana he descubierto a una persona que no conocía. El periodista peleón, “echao palante” y siempre lleno de argumentos se ha desvanecido y tus declaraciones se han teñido de buenas maneras, respeto y gran admiración a la justicia o, mejor dicho, al Juez Velasco. No digo que antes no fueses respetuoso con aquellos que hacen dictar las leyes pero ha habido una metamorfosis jurídica en ti que pareces a Sor Citroen .
No tiene que ser agradable ver como coincide en el mismo artículo el nombre de uno con palabras como coacción o corrupción. No tiene que ser agradable pasar de escribir sobre la Audiencia Nacional a pisarla para declarar como imputado.
La Operación Lezo te ha salpicado. Como amante de la historia sabrás que los agentes que han trabajado en esta trama pusieron este nombre por el almirante español Blas de Lezo y Olabarrieta (Pasajes, 1689-Cartagena de Indias, 1741), que defendió del asedio de los ingleses este puerto. Precisamente ahí, en Cartagena de Indias fue donde según Ignacio González lo espiaron en uno de sus viajes oficiales.
A Mauricio Casals (presidente de la sociedad editora de La Razón) y a ti se os imputa un delito de presuntas coacciones a Cristina Cifuentes, hechos denunciados por la propia presidenta regional. Aseguran que le habríais presionado para que no denunciara ante la Justicia las irregularidades que había detectado su Gobierno en el Canal de Isabel II, uno de los principales patrocinadores del periódico en los últimos años.
Posteriormente Cifuentes ha dicho al Juez que nunca se ha sentido coaccionada por ti ni por el periódico que diriges. Me lleva a pensar, por tanto, que tu causa tiene un recorrido judicial muy corto. Es algo de lo que me alegro.
Siempre afirmas que nunca te desdices pero en apenas dos semanas soy yo el que me ha sorprendido escucharte declaraciones opuestas respecto al Juez Velasco. En el programa de Alsina te vi indignado cuando afirmaste que el juez se sentía “dueño y señor de la Audiencia Nacional” como si de “un juez feudal” se tratara haciendo “lo que le daba la gana” en el asunto referente a la imputación del ex presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez. Después de resultar imputado tus declaraciones han sido escrupulosamente respetuosas. Te desdices en tu opinión hacia él o el miedo ha llamado a la puerta de ese periodista al que nunca se le puso nada por delante.
Ojalá, sin perder tu esencia, este episodio te haga recapacitar. Debes respetar más a la Justicia y creer, de verdad, en la presunción de inocencia. Es legítimo ser amigo de algunos pero perder la objetividad no es receta para ningún buen periodista que se precie de serlo.
El arma que tenemos al dirigir un medio debe ir cargada con cartuchos de respeto a la veracidad, con unos valores éticos y principios de libertad, pluralismo y ecuanimidad. Como colega, humildemente, considero que los tienes todos excepto el último. La imparcialidad de juicio no es fácil y lo has comprobado en propia carne al sentarte delante del Juez Velasco.
Seguiré leyéndote y escuchándote pero en ocasiones deberías cambiar tu tonalidad en las apreciaciones. Hay personas buenas y malas pero también las hay grises con fondo blanco. Muchos dirigentes de la derecha esconden sus grises y tu tratamiento, estarás conmigo, nada tiene que ver con el dado a otros. Ecuanimidad, querido Paco, ecuanimidad.
