Todos tenemos dentro un psicólogo (o un coach). Tú estás ahí, con tu problema, contándoselo a tu “escuchante”. Terminas y te suelta una frase de esas sacadas de Instagram. ¡Cuánto daño hace la buena voluntad y las frases de Instagram para ser feliz! Haré un pequeño resumen de frases que pueden llegar a destrozarte la vida.
La primera, es de mis preferidas: “Puedes conseguir todo lo que te propongas”. Mentirusco gordo. No, no y no. ¡Olvídate! La frase es bonita y motivadora, pero no es cierta. Por favor, hay que decir la frase completa: “Puedes conseguir todo lo que te propongas. Solo existe un obstáculo: tú mismo”. Y el tú mismo, no solo se refiere a querer hacerlo. También se refiere a poder hacerlo, a tener la capacidad. No somos omnipotentes. Somos más bien limitaditos. Pero claro, si no sabes dónde están tus limitaciones… puede haber depresión y frustración.
La siguiente frase, otra típica, aunque hay muchas variantes: “El que la sigue la consigue” “Perseverar es triunfar” o “Insistir, persistir y resistir, pero nunca desistir”. Hay gente con la cabeza abierta de intentar tirar un muro a cabezazos por culpa de esta frase. ¡Qué no!, que lo que es imposible, es imposible. Y si lo haces mal, por muchas veces que lo hagas, lo seguirás haciendo mal. Einstein, un tipo listo, ya decía: “Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”.
Corregir lo que no funciona
No consiste en ser pesado. Consiste en ver por qué no ha funcionado, dar un paso atrás, pensar y hacerlo otra vez, pero de manera distinta. Aunque nadie te garantiza el éxito. Si no, todos seriamos el más rico del mundo o el más rápido o el más guapo. Por más que me pese, sé que, aunque me presente mil veces a Míster Universo, no ganaré nunca. ¿Debo insistir? Mejor dedicaré mi energía y tiempo a otra cosa.
La tercera frase es todo un clásico: “Sal de tu zona de confort”. La primera vez que la oí, lo dejé todo y salí. Cuando volví dónde estaba, mi sitio estaba ocupado. Vaya tontería hice. Pero, ¿por qué salir de dónde estás bien? No tiene mucho sentido. Y si no estás bien, ¿por qué es tu zona de confort? Otro sin sentido. Si estás bien, aguanta ahí. Haz “tu zona de confort” más grande o menguará y cada vez será más pequeña. Si se hace lo suficientemente pequeña, dejará de ser de confort, para ser de sinfort (chiste malo), pero creo que me has entendido. No salgas, pero hazla crecer.
La última y no por ello menos conocida y utilizada es: “Tienes que ser feliz”. Pero, ¿cómo voy a ser feliz si soy autónomo? ¿Si ha habido una pandemia y he perdido a gente querida? ¿Si no puedo sacar el coche porque la gasolina ha subido lo que no está en los escritos?… Y así hasta dónde quieras. Y, además, me lo dice alguien que la semana pasada me decía con un cubata en la mano que “esta vida es una mierda”. Pero ¿qué es eso de ser feliz? Cada vez que lo intento me frustro, siempre sucede algo que me lo impide.
Aprender a aceptar
Para que estas frases te funcionen necesitas primero cumplir una premisa: aprender a aceptar. Entonces te darás cuenta de que se aprende a ser feliz desde dentro y lo que ocurre fuera, a tu alrededor, es lo que da chispa a tu vida. Aunque a veces nos duela. Que cuando consigues estabilidad contigo mismo, es el momento de aprender cosas nuevas. Que puedes conseguir lo que te propongas, ya que, como aceptas tus limitaciones, no vas a intentar lo que sepas que no vas a conseguir (queremos ser felices, no continuos frustrados).
Y, por último, cuando no se consigue algo que sabes puedes conseguir, analizas, cambias y repites. No simplemente das cabezazos al muro para tirarlo. Miras a ver si hay alguna forma menos dolorosa de acabar con él.
Ahora, ¡sé feliz sin caer en la frustración!
