La entrada de Alejandro Salem en la cúpula de Mediaset España y los desencuentros con La Fábrica de la Tele llegaron al unísono a la cadena. Comenzaron a torcerse con la docuserie ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’. Tomaron una mayor dimensión tras cancelarse el programa de Jorge Javier “Cuentos Chinos” y han acabado explotando con una crisis que se veía venir desde que se dió la orden de cancelar el icónico “Sálvame”.
La fórmula utilizada en estos últimos años por La Fábrica de la Tele parece ahora caer en desgracia. La audiencia estaba acostumbrada a contenidos en los que prevalecía de forma machacona y soez en muchas ocasiones, el morbo y el conflicto. Pero ahora ese comportamiento parece agotarse y coge a pie cambiado a la productora. Las audiencias se han cansado de tanta tele basura amarillista y de tantas horas de emisión con contenidos en los que se retroalimentaban sus programas. Una forma de hacer televisión donde los protagonistas eran los propios colaboradores y la gracia estaba en ver como se metían unos con otros sin piedad.
Buscar salida a la empresa
Los socios de La Fábrica de la Tele se debaten ahora en buscar la mejor salida para la empresa, toda vez que se descarta liquidarla. Son mayoritarias las voces que apuntan a la salida del accionariado de Mediaset a través de su productora de cabecera «Mediterráneo». En tal caso, serían los otros dos socios los que se harían con el 30 % de esa propiedad que parece se va a poner en venta de manera inmediata. Así, Adrían Madrid y Oscar Cornejo, con Peras Producciones y Manzanas Producciones serían los nuevos propietarios de La Fábrica de la Tele.
La salida del accionariado de Mediaset provocaría que la productora pudiese trabajar para otras cadenas, extremo que tenía prohibido al tener un socio con intereses manifiestos en una serie de canales concretos. De esa manera se garantizaba no favorecer a su competencia.
Sea como fuere la solución, las aguas bajan más revueltas que nunca para una productora que durante quince años era la referencia de la cadena, prestigio ganado a golpe de éxitos. Pero las vacas flacas esperaban pacientes a la vuelta de la esquina y ahora aquellos vientos trajeron estos lodos. La gallina de los huevos de oro, de momento, hace un parón. Eso sí, algunos se han quedado cacareando y sin plumas.