Más rápida que la pandemia del coronavirus COVID-19 ha sido la propagación de información falsa y bulos sobre la enfermedad. Las redes sociales y la falta de rigor son el transmisor fetiche para lo que ya se ha dado a llamar informademia. La Organización Mundial de la Salud y los gobiernos, como es el caso del español, se apresuran para combatir la información falsa.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha alertado de la necesidad de “combatir la propagación de rumores y de desinformación”. El organismo de Naciones Unidas ha publicado un documento en el que se desmienten los principales bulos que corren como la pólvora a través de la redes. El Ministerio de Sanidad español incluye en su portal web información actualizada sobre la enfermedad.
Resulta significativo que a las autoridades sanitarias les lleve probablemente más esfuerzo y preocupación tratar de contener la hemorragia de desinformación que encontrar soluciones médicas a la pandemia. Sobre todo porque los datos son abrumadores. Y la realidad sobre la enfermedad dista mucho de una situación que pueda empujarnos a la alarma social.
Algunos datos para evitar la alarma
La capacidad de contagio del coronavirus COVID-19 es de entre 1,4 y 2,5 en China. Es decir, por cada enfermo se contagia 1,4-2,5 personas. Esta tasa fuera de China es del 0,7 infectados por enfermo. Esto deja al coronavirus COVID-19 muy por debajo del sarampión (tasa 12-18), viruela (5-7), polio (5-7), paperas (4-7), VIH/Sida (2-5), gripe (2-3).
En España, la gripe común ha causado en un año más muertes que el coronavirus COVID-19 en todo el mundo. El año pasado la gripe provocó 525.300 casos y 6.300 muertes frente a los 80.000 afectados en todo el mundo y los casi 2.700 fallecidos del agente de Wuham.
El coronavirus COVID-19 no se propaga a grandes distancias a través del aire. Se propaga a través de las gotículas generadas cuando una persona infectada tose o estornuda, o las que tiene la saliva y las secreciones de la nariz.
«Estas gotículas son demasiado pesadas para propagarse a grandes distancias«, ha dicho la OMS. Por lo tanto, el virus no puede llegar hasta 8 metros de distancia propulsado por la tos o un estornudo. Las goículas respiratorias llegan hasta un metro de distancia.
No viaja en carta o paquete
El coronavirus COVID-19 no es inmortal. Apenas resiste vivo unas horas sobre una superficie. Así que recibir un paquete o una carta desde China es absolutamente seguro. Sólo con una efectiva higiene de las manos, el riesgo de infectarse con el nuevo coronavirus por contacto con objetos, como monedas, billetes o incluso tarjetas de crédito, es muy bajo. Es necesario «lavarse las manos frecuentemente con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón«, asegura la OMS.
Ni mosquitos ni secadores de mano
El nuevo coronavirus no puede transmitirse a través de picaduras de mosquitos; tampoco es cierto que la orina infantil o la cocaína puedan protegernos frente al mismo. Ni el río ni la nieve no pueden matar el virus; tampoco los secadores de manos, a pesar del rumor de que se puede eliminar el virus en 30 segundos con estos aparatos.
La OMS ha avisado de que no se deben utilizar lámparas ultravioletas para esterilizar las manos u otras partes del cuerpo. Más que servir contra el nuevo virus la radiación ultravioleta puede causar eritemas. Tampoco es necesario rociar todo el cuerpo con alcohol o cloro, esto no sirve para matar los virus que ya han entrado en el organismo.
Las mascarillas de protección no son reutilizables. Cuando han sido usadas por alguien en contacto próximo con una persona infectada por el nuevo coronavirus o por otra infección respiratoria, la parte frontal de la mascarilla utilizada está contaminada.
A salvo de perros y gatos
Podemos estar tranquilos con nuestras mascotas. Los animales de compañía no propagan el virus. La OMS es tajante al desmentirlo. el organismo de la ONU también ha recordado que las vacunas contra la neumonía, como la neumocócica y la vacuna contra ‘haemophilus influenzae’ de tipo B (Hib), no protegen contra el nuevo coronavirus. Tampoco hay pruebas que demuestren que enjuagarse regularmente la nariz con una solución salina proteja de la infección, al igual que comer ajo o aplicarse aceite de sésamo en la piel.
Enfermedades previas
El nuevo coronavirus puede infectar a personas de todas las edades. Pero sólo las personas mayores y las que padecen algunas enfermedades (asma, diabetes o cardiopatías) tienen más probabilidades de enfermarse gravemente al ser infectados.
La OMS ha avisado de que los antibióticos no son eficaces para tratar la infección del nuevo coronavirus. Aún no se puede recomendar «ningún medicamento específico» para prevenir o tratar la infección.
La información falsa está al orden del día en la sociedad actual y además de los documentos oficiales antes enlazados, repasamos aquí algunos de los bulos y noticias erróneas que estos días circulan a través de cadenas de whatsapp u otras redes sociales:
- Cadena de whatsapp en la que una otorrinolaringóloga recomienda tomar una tableta de vitamina C y omega de una marca determinada.
- Un vídeo de murciélagos escondidos en un tejado no está relacionado con el brote.
- Tampoco está relacionado el vídeo de cerdos enterrados vivos.
- No hay ningún portal de noticias chino que haya filtrado que el número de víctimas mortales supere las 24.000.
- No hay pruebas de que ningún alimento prevenga la infección del coronavirus COVID-19, por lo tanto el vídeo que recomienda tomar cloruro de magnesio, jengibre o zumo de limón también es un bulo.
- Tampoco es cierto el audio de whatsapp en gallego alertando de un niño que llega desde China infectado.
- No es real la imagen manipulada de una publicación de La Vanguardia sobre un brote de coronavirus en Andorra.
- Tampoco es cierto que el Ministerio de Sanidad esté enviando cartas en las que recomienda no suministrar productos provenientes de China.