Se esperaba con interés la junta general de accionistas de Prisa. Su presidente Ejecutivo, cuestionado por muchos y para otros en la cuerda floja, permanecerá en este cargo en el que el 20 julio celebrará su quinto aniversario como máximo responsable del grupo.
La deuda de 1.481 millones de euros, la incertidumbre y dudosa gestión de algún área de negocio y decisiones que tienen a su plantilla en una inseguridad constante hacen que la presidencia de Cebrián esté lejos del liderazgo de antaño y tenga muchas voces críticas dentro del grupo. Una de ellas, con voz y voto, es la del fondo Amber Capital que con control del 19% de las acciones lo único que ha conseguido es cobrarse la cabeza de José Luis Sainz como consejero Delegado del Grupo durante tres años y que cederá su puesto a Manuel Mirat hasta ahora consejero Delegado de El País y Prisa Noticias.
El eterno Cebrián, tras 40 años en la casa, se mantendrá como máximo responsable hasta el 2020. Contará con Mirat como hombre fuerte, dialogante y hombre de consenso, que tiene una difícil tarea por delante.
En un futuro próximo veremos qué ocurre con Santillana y cómo finaliza la operación de Media Capital. Si finalmente se produce la venta de la filial audiovisual portuguesa supondrá la mitad de los 956 millones que conllevan la garantía para la refinanciación de la deuda del grupo. Algo irremediablemente necesario para la viabilidad de la compañía.
Las cuestiones clave de ambos directivos en el futuro deben ser las de mantener el liderazgo de algunos de sus medios, ralentizar la agonía del papel, qué desinversiones realizar para afrontar los 956 millones de euros que vencen en el 2018, la transformación digital y la búsqueda de nuevas estrategias para la monetización de los contenidos digitales. Fácil no lo tienen pero estamos hablando de PRISA.