- La compañía alicantina desarrolla muñecos inclusivos que refuerzan los valores de la diversidad, la integración, el respeto y la tolerancia.
Para un niño, una muñeca puede ser un compañero de juegos o alguien a quien cuidar. También puede invitar a un niño a celebrar su propia identidad, explorar las de los demás y ver sus deseos reflejados de manera instructiva. Además, recientemente los expertos se están concentrando en otro beneficio: su capacidad para aumentar la empatía entre los menores.
Así comienza el artículo que ha publicado recientemente el diario estadounidense New York Times, en su prestigiosa sección “Wirecutter”. Tras la investigación realizada, el periódico concluye que la empresa de Onil se sitúa en el top 8 de los Mejores Muñecos 2022 a nivel mundial, por su labor educativa.

Este reconocimiento deja latente el compromiso de la compañía con la educación. Además, refuerza los valores de integración, respeto y tolerancia que dan sentido a toda la colección de muñecos que comercializa en todo el mundo. La empresa no tiene duda del potencial de los muñecos como herramienta para educar a través del juego y promover valores. Entre ellos, destaca la inclusión, el respeto a la diversidad y su aceptación de personas de cualquier raza, género o condición. Para Mar Ivars, directora de Innovación de Miniland, el artículo: “nos motiva a continuar desarrollando nuestra línea de productos a favor de una sociedad basada en estos valores desde la primera infancia”.
Miniland Dolls, muñecos inclusivos
En la línea de juguetes inclusivos se encuentran los muñecos con Síndrome de Down que han recibido numerosos reconocimientos. Entre ellos, el premio a Mejor Juguete del Año en 2020 por la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes AEF. También han recibido la medalla de Oro en la categoría Empowerment en los premios europeos PlayforChange Awards en 2021.
Junto a esta línea, destacan los muñecos de diferentes razas, otros con gafas o con implante auditivo que son un reflejo de la diversdad social. En este sentido, Mar Ivars señala que: “Por ejemplo, nuestros muñecos con implante coclear en diferentes razas pueden ayudar a que los niños con estas características se sientan identificados. Esto es bueno para ellos y también para el mundo como sociedad, porque es un paso hacia un lugar más tolerante y mejor”.
Todos los muñecos de la colección están fabricados en España, con un vinilo muy suave y con un ligero aroma a vainilla. Además, tienen como firme objetivo convertirse en la herramienta perfecta para educar a los niños en valores, potenciar sus habilidades sociales y desatar su creatividad a través del juego libre, tanto en el colegio como en casa.

Jugando juntos
En paralelo, Miniland ha puesto en marcha el proyecto Jugando Juntos. Una iniciativa que pretende concienciar a la sociedad sobre cómo el poco trato de los niños con menores de otros colectivos afecta al desarrollo de su empatía y tolerancia. Y es que, según el INE, solo el 2% de los niños y niñas residentes en España presentan algún tipo de discapacidad. Esto ocasiona que la mayoría de los escolares sin discapacidad apenas tengan contacto con ellos. Esta escasa presencia de colectivos diversos hace difícil la interacción de los alumnos con compañeros que les ayuden a desarrollar la empatía y la tolerancia hacia el diferente.
Enlace al artículo del New York Times completo aquí: