Dario, con «D» de Diseño. Es un arquitecto italiano que investiga, sistematiza y aplica metodología a la creatividad para poner a disposición de la ciudadanía productos y servicios útiles y prácticos. Suma Humanidades, Técnica y Tecnología en un proceso de enseñanza-aprendizaje que se da en pleno corazón de la Gran Vía, en el Instituto Europeo de Diseño que dirige. Parece como arrancado del Renacimiento y no duda en utilizar esta entrevista para romper tópicos, derribar estereotipos y defender la función ontológica del Diseño.
Sostiene que desde el diseño y sobre el diseño podemos identificar nuevos problemas. ¿Cuáles y cómo atajarlos desde su disciplina?
El diseño, entendido en su aspecto metodológico y como manera de pensar, ayuda a identificar problemas y a resolverlos de una manera diferente, creativa. Muchas veces el enquistamiento ante una situación concreta deviene por optar en darle vueltas a lo mismo, en moverte en lo establecido o lo que hasta ahora siempre había funcionado en vez de explorar. Por ejemplo, muchas empresas creen que sus dificultades se plantean porque no se han modernizado o no han actualizado la tecnología. Pero no piensan que la problemática es más de fondo, que hay que abordarla desde la perspectiva del usuario, el que usa e interacciona con el producto y el servicio, quien te compra o no te compra, quien te advierte si es útil o no para satisfacer sus necesidades cualesquiera que sean. Experimentar con el usuario e iniciar con él un proceso de enseñanza-aprendizaje hasta dar con la solución, así trabajamos. Esa búsqueda, con investigación y metodología, está en el ADN del diseñador que a problemas nuevos, indaga, propone e implementa soluciones nuevas.
A veces se tiene que sensación de que el diseño tiene mucho de forma y poco de fondo (de análisis, idea, concepto). ¿Está de acuerdo con esa percepción?
Hay que huir del tópico y del estereotipo. Cada vez se entiende más que el diseño no es sólo estética. Lo que realmente vas a terminar valorando es la funcionalidad y la usabilidad derivada del diseño de un producto y servicio. De nada sirve algo bonito si luego no funciona, no engancha. Y más en la sociedad actual que queremos que las cosas funcionen bien y en el momento, no hay tiempo que perder. Y cuando algo es accesible y práctico es porque está bien diseñado. Pero ojo: no sólo en la forma sino en todo el sistema, con el usuario en el centro del mismo, que se ha activado para que todo funcione correctamente. Una cosa bonita se agradece, pero no basta.
Usted defiende que la ciudadanía, su alumnado, debe “aprender a aprender”.¿Como debería ser ese proceso de enseñanza-aprendizaje?
El aprendizaje implica compromiso para poner en juego tu capacidad de saber y hacer al servicio de un nuevo proyecto. No basta con absorber conocimientos o destrezas sino acabar creando y generando soluciones. Es una especie de “aprender haciendo”, poniendo en marcha un laboratorio de prueba/error para que a través de la luz de ideas, conceptos o sistema puedas resolver problemas a los usuarios de productos o servicios; hacer viable o sostenible a una empresa o institución. Esto implica un reto laboral e intelectual donde aprendes de una manera más consistente y segura. Si lo controlo, puedo.
Sigamos con las contradicciones. Hay quien alerta de que la ESCUELA, con sus planteamientos mecánicos y memorialísticos, mata a la creatividad. ¿Por qué el IED Madrid es diferente?
La nota debe ser una consecuencia de un proceso, no de un examen. Hay ver la evolución. Son pocos los exámenes que se resuelven en la hora de test o prueba, siempre hay detrás un proceso que se evalúa. El proyecto comienza en el momento que el profesor le plantea el brief al alumno o alumna hasta que termina la presentación. Se evalúa paso a paso, no sólo por el profesor sino también por el alumnado. No nos quedamos con la foto fija del final sino con el tránsito, en cómo se ha llegado; la evaluación es el reflejo de un todo. Apostamos por la formación integral, se evalúa la actitud y no solo la aptitud. La enseñanza-aprendizaje hay que mirarla como un desafío, no un duelo.
En un mundo con tantos desafíos, desde su Escuela, propone el “Fresh Thinking”, una mirada fresca, como técnica para aportar soluciones globales a problemas globales. ¿En qué consiste?
Se podría asociar a un pensar “out the box”, fuera de lo convencional, fuera de la caja. Darle la vuelta al problema, utilizar la metodología “y si”: y si pensamos en esto”, “y si actuamos de otra forma”, “y si le damos la vuelta al planteamiento” … No vamos ni al “sota, caballo, rey” ni al “causa-efecto”, no vamos a una lógica consecuencial de las cosas. El diseño tiene que llevarte a trabajar con hipótesis vivas, cambiantes, mirarlo desde diferentes enfoques para enriquecer la solución. Esta manera de ponerse en juego y salir de lo convencional es pensar de manera fresca, dinámica, viendo el problema desde la forma compleja para encontrar, mediante la descomposición de los elementos, algo no pensado pero interesante.
La oferta formativa del IED, ¿cómo une las piezas tecnología- técnica-humanidades para garantizar la formación integral del alumnado?
Nuestra interacción con la tecnología nos obligará a replantear el tipo de relación que tendremos con los dispositivos. El desafío está en pensar cómo cambiará nuestros pensamientos, la manera en que nuestro cuerpo experimente y se transforme. Este es el desafío de quien enseña y quiere preparar a los diseñadores del futuro. No sólo hacer una bonita interfaz sino para qué, cómo va a condicionar mi espacio vital y mis comportamientos. Es un mundo fascinante y el rol del diseñador no será tanto resolver problemas tecnológicos o estéticos sino preguntarse el impacto que tendrá en el usuario.
Para finalizar, nos ha quedado claro que no si queremos una sociedad diferente hay que “aprender a aprender” de forma diferente. ¿Qué áreas curriculares y/o asignaturas propone el IED que no ofrecen los demás? ¿Por qué debe elegir su opción?
Estamos intentando salir de nuestro cliché de sobre todo una escuela de moda, sin duda nuestra excelencia junto a las demás disciplinas del diseño como el interiorismo, el diseño gráfico y de producto o industrial. Pero queremos profundizar en la relación entre lo humano y lo tecnológico. Creo que en este sentido podemos aportar mucho en el videojuego y todo lo que implica la narrativa audiovisual relacionada al gaming. No entrando en la programación pero sí en la usabilidad, en ayudar a la forma en que el hombre y la máquina pueden relacionarse para una unión seria, útil y aprovechable desde el punto de vista social. Sin dejar de lado nuestras señas de identidad (productos, interiorismo, multimedia … ) nos queremos centrar también en el diseño con consciencia y conciencia.