Falta de presencia y pérdida de notoriedad es un diagnóstico claro que concluiría cualquier experto al que solicitasen un análisis de urgencia acerca de la realidad que rodea en los últimos tiempos a Aramón, otrora aventajada y sorprendente en sus anheladas campañas de publicidad y de las que nada se sabe a día de hoy. Cualquier tiempo pasado fue, si no mejor, sí, al menos, mas reconocible.
Sociedad Anónima participada a partes iguales por el Gobierno de Aragón e Ibercaja, gestiona la mayoría de las estaciones de esquí de Aragón. Tiene en su haber el ser el primer grupo empresarial español de turismo de nieve y montaña. Por eso mismo, se espera algo más de cintura publicitaria y, desde luego, de mayor presencia. Ahora transita casi en la ausencia o en la no presencia, que no siendo lo mismo, van de la mano hacia donde la monotonía languidece en despachos calientes alejados del frio de las pistas de esquí y plagados de ejecutivos que piensan y piensan.
Atrás quedan novedosas y rentables campañas de publicidad en Madrid, donde la llegada en AVE suponía siempre en esta época, tan cercana a Fitur, un impacto positivo al ver la Estación de Atocha teñida de Aramón y de todo lo bueno que tiene y que antes se exhibía como elemento diferenciador con otras ofertas del sector.
Y ahora ¿qué? ¿dónde está Aramón?. Nadie sabe nada del grupo que nació en 202 para impulsar el desarrollo turístico y que parece haberse olvidado de los clientes, de captar a otros de comunidades cercanas, de ponerse en valor y marcar distancias con los competidores. La publicidad no es un artículo de lujo, conviene no olvidarlo. De Aramón se espera más. Mucho más. ¡Ánimo, qué ya está nevando!