Javier «Manostijeras» Moll está haciendo una auténtica escabechina tras la compra de Zeta por parte de Prensa ibérica. El goteo de cierres es constante y el reguero de despidos ya se cuenta por decenas en las distintas ediciones.
Sirva como ejemplo, La Opinión de Málaga que despidió a 9 profesionales, entre ellos, dos fotógrafos para dejar el medio con un solo redactor gráfico para el «papel» y la edición electrónica. También en la Opinión de Murcia han ido a la calle 9 personas, y en «Superdeporte» ha laminado su plantilla en un 25 %.
Este ánimo destructor de empleo, que recuerda a Cersei en Juego de Tronos, dista de las palabras pronunciadas hace quince días cuando Moll empleaba un símil marinero para subrayar que a partir de ahora Mediterráneo y Prensa Ibérica viajan «a bordo de un mismo barco» y que en su cuaderno de bitácora el objetivo es «integrar a un gran grupo de comunicación con magníficos profesionales» para llegar «a buen puerto». Y así ha sido, pero a costa de cerrar otro medio: El Diario de Levante.
La inversión de 40 millones de euros parece empezar a amortizarse con reducciones de plantilla. Entre los pocos medios que parece salvarse de esta hoguera está el Diario Córdoba. En el medio líder en Córdoba, y uno de los referentes en mercado andaluz donde Prensa Ibérica quiere posicionarse, las señales son positivas y todo parece encaminado a la continuidad y la estabilidad. Incluso, en la tourné que está haciendo por diferentes medios, el presidente de Prensa Ibérica defendió la calidad y la innovación de la cabecera.
Aún así, cuando las barbas de tu vecino veas cortar …