Recientemente se ha clausurado en la Galería Blanca Berlín de Madrid, la exposición de fotografías El álbum de nuestra familia primate de Isabel Muñoz, títulos como el abrazo, el pensador, la ternura, el místico, la maternidad, … son piezas muy humanas pero interpretadas por bonobos, gorilas y orangutanes. Los que hemos tenido la ocasión de ver la obra de Muñoz, hemos disfrutado con sus fotografías de la sutileza afectiva y de la complejidad cognitiva de los primates retratados.
Esta exposición me da pie para reflexionar sobre lo mucho que nos une a humanos y primates. Compartimos emociones tales como la empatía, la ternura, la agresividad, los celos … y las expresamos de forma parecida, aunque nosotros lo hacemos con más sofisticación.
El lenguaje corporal nos acompaña desde que el hombre es hombre, se sitúa en el plano inconsciente y está fuertemente vinculado con la parte instintiva, intuitiva y emocional de nuestro cerebro.
La influencia del lenguaje no verbal en el ámbito de la comunicación, es incontestable, el profesor Albert Mehrabian estableció en 1971 que el 55 por ciento del mensaje que emitimos viene de nuestro lenguaje corporal. Lo cierto es que el inconsciente y las emociones, se manifiestan en la conducta no verbal y dan información sobre nosotros. Precisamente por eso, los mejores comunicadores son aquellas personas que tienen consciencia de su lenguaje corporal y son capaces de moldear su conducta y de evaluar el efecto que esta produce en los demás.
Algunos estudios evidencian que las personas más influyentes y persuasivas, al margen del campo profesional en el que hayan triunfado, tienen una gran dominio del lenguaje corporal propio y ajeno. Y esto sirve tanto para nuestro mundo occidental como para la sabana africana.
Aquí os dejo unas escenas, pertenecientes a la serie de la BBC Human Planet, en las que podemos ver a tres hombres de la etnia Dorobo, practicar una técnica ancestral de obtención de alimento. La estrategia consiste en intimidar a través del lenguaje corporal a una manada de leones tras capturar una presa y robársela antes de que se den cuenta de su superioridad y regresen a reclamar lo que es suyo. ¡Impresionante!
