Siete años esperando la presencia del Pedro Sánchez en El Hormiguero se antojan demasiados para el pobre resultado de la entrevista de ayer. El marcado narcicismo de Pedro Sánchez solo sirvió para hablar de sí mismo durante la tediosa entrevista, negando las evidencias más palpables y justificando su doble lenguaje como un cambio de opinión sin más. Sánchez fue “a colocar” su mensaje a cualquier precio y para ello encontró en Pablo Motos a su colaborador necesario. Una entrevista para olvidar que sirvió solo para cumplir el expediente en plena tournée mediática del presidente del Gobierno.
Se presentaba al prime time de Antena 3 en vaqueros y con una llamativa pulsera del colectivo LGTBI en la muñeca, un gesto que fue jaleado por los defensores y partidarios de tal movimiento en las redes sociales de forma inmediata. Desde ahí al final todo fue una partida de ajedrez en la que Sánchez, vestido ésta vez con piel de cordero, intentó colocar con éxito su discurso.
A ello contribuyó de forma tan decisiva como eficaz un Pablo Motos que parecía más empeñado en hacer estrictamente lo correcto. Pocas o nulas segundas preguntas y un montón de temas que no se tocaron. En otros se pasó de puntillas por mero compromiso con la audiencia.
Mensaje de Sánchez
El repetido mensaje de Sánchez al manifestar por activa y pasiva que se siente perseguido por extrañas fuerzas y medios de la derecha volvió a quedarse en el ambiente sin mediar explicación al respecto por ninguno de los dos protagonistas. Lo intentó Motos pero fue cortante la respuesta del presidente negando que eso hubiera salido de su boca. Y tan pancho.
Con la de críticas que en estos siete últimos años ha generado Sánchez, la audiencia esperaba, al estilo de Alsina, un listado de incumplimientos y cambios de criterio que brillaron por su ausencia. Quizás algunos totales de sus intervenciones más memorables en el terreno de los incumplimientos hubieran ayudado a desenmascarar a quien salió airoso de una entrevista desaprovechada en Antena 3. Pero claro, los millones que llegan de la publicidad institucional no caen del cielo precisamente. Todo tiene una explicación.
Donde fue un éxito es en el capítulo de audiencias. El presidente del Gobierno dispara al programa de Antena 3 al 22,8% de share y 2.922.000 espectadores, según los datos de Kantar Media, ofrecidos por las consultoras Dos30′, Barlovento Comunicación y GECA.
Sánchez destroza todos los récords. Se trata de su entrevista más vista y con mejor cuota de todas las que ha hecho en prime time como líder del Ejecutivo. En su debut en el espacio de las hormigas, el 7 de septiembre de 2014, firmó un 15,5% de share y 2.754.000 espectadores. A ver que tienen que decir de estos datos Trancas y Barrancas. Mutis por el foro.
