Hace unos meses se apagaba la luz de un cuerpo celeste en firmamento cultural. De Planeta (Grupo) a agujero negro, la revista Mercurio dejó de tener vida propia tras dejarla caer la Fundación José Manuel Lara. Las letras dieron paso al silencio dos décadas después. Pero ha sido por poco tiempo pues de la mano de su primer director, Javier González-Cotta, la publicación regresa con una nueva imagen, temática renovada y una proyección nacional.
El silencio es el tema elegido para iniciar la nueva etapa en papel de una revista creada en 1998 y que se ha consolidado durante dos décadas como referencia literaria en España. ‘Mercurio’ renace, editada desde Sevilla como siempre, como publicación cultural, pues amplía sus contenidos más allá de la literatura; con una extensión que alcanza las 56 páginas.
Su eslogan de portada, ‘cultura desorbitada’, y su «vocación de ser revista gratuita, pero no para gente gratuita», explican la pretensión de convertirse en la revista cultural de referencia en España fuera de los canales de distribución convencionales. Su cabecera conserva el color morado como signo de identidad.
‘Mercurio’ nació con el impulso del que ahora vuelve a ser su director, el periodista y escritor sevillano Javier González-Cotta (fundador de la histórica cabecera). Tras un periodo en el que gestionó la revista la Fundación José Manuel Lara, vinculada al Grupo Planeta, el proyecto lo asume ahora el sello Ana Tolia Editora, que ha empleado ingentes recursos propios, íntegramente privados, para impulsar la cabecera. La revista se autofinanciará exclusivamente a través de la publicidad.
Además de González-Cotta, en esta nueva etapa se encuentran Maite Aragón –editora adjunta y, asimismo, gestora de Espacio Caótica, librería y café–, y los miembros de un equipo asesor formado en principio por Alfonso Crespo – responsable de Athenaica Ediciones–, Mario González Reina –diseñador gráfico–, Luis Solano –de Libros del Asteroide– y David G. Romero –de El Paseo Editorial–. Todos unen fuerzas para un empeño sin parecido en el país, no en vano se trata la única revista cultural nacional que, con estas características propias, no se gesta desde Madrid.
A partir de ahora se ofrecerá un doble formato: en papel, lo cual implica un afán reivindicador de este soporte; y en la web www.revistamercurio.es. La revista física, que tiene periodicidad bimestral, se distribuirá como principal novedad por centros culturales de toda España, pero asimismo en eventos y festivales vinculados a la cultura y siempre de forma gratuita para el lector. Por supuesto, mantendrá su difusión en librerías como hasta ahora, aunque los contenidos literarios no serán los únicos.
Los números serán bimestrales y temáticos. El silencio es el elegido para este renacimiento por muchos motivos, entre ellos su lastimosa agonía entre tanto ruido. Hablamos del ruido en su versión analógica de siempre (“el terrorismo de nuestro tiempo” según Pablo d’Ors), sin olvidar el molesto y pernicioso zumbido digital al que estamos sometidos. El enfoque de los temas irá más allá de la literatura, como hasta ahora.
Colaboradores en el primer número
En el monográfico del silencio de este número escriben: Pablo d’Ors (el silenciamiento y la meditación); Paco Cerdà (los silencios de España hoy); Joana Bonet (el silencio es el nuevo sexo); Olga Rodríguez (el ruido mudo en las guerras); Fernando Castro Flórez (las vanguardias y el silencio); Simón Elías (lo que se oye en las cimas de los Alpes); Andrés Ibáñez (el silencio en la música); la cineasta portuguesa Rita Azevedo (el cine de Bergman y el silencio). Por último, David Monthiel escribirá (fuera del monográfico) una crónica dedicada a El Cabrero, que se despide de los escenarios este 2019: el cantaor libertario.
Después del silencio otros temas permitirán reflexionar o contemplar la actualidad cultural desde las páginas de ‘Mercurio’ con una mirada transversal, en la que cabe literatura o música trap. Por ejemplo la estupidez, la vanidad en la cultura, la era post digital, la melancolía y la depresión, la espiritualidad, la idea de la felicidad, creación e ideología, la nueva sexualidad… La revista tiene su sede en esta nueva etapa en el Espacio Caótica.