Experto en liderazgo político y empresarial, coach de dirigentes y conferenciante de éxito. Rostro conocido en los medios de comunicación, y autor de varios libros. Euprepio Padula es un tipo interesante, con suerte, con «Don de gentes. La clave para triunfar en la vida» (Alienta editorial).
Si lo llevas de serie, afílalo; si no lo tienes, entrénalo. ¿Qué es el don de gente?
Se confunde con la empatía, simpatía, capacidad de comunicación, el carisma … y no es nada de eso en exclusiva, pero sí una mezcla de todo. Es como Rafaela Carrá y Lola Flores, no eran las primeras en nada, pero sí únicas. Limpias, no tenían gafas de sol en forma de prejuicios.
¿En qué gimnasio lo ofrecen y cuáles serían los ejercicios?
Hay que trabajar muchos aspectos como la sonrisa, quitándote inseguridades hacia a ti y los demás. Y queriendo ser feliz echando de lado la obsesión por el dinero, el poder y la fama. Así veras a la gente simpática y no enemiga.
Y el resultado se luce o se defiende ‘en la calle’, en la ‘arena de la comunicación política’ …
En todos los sitios y momentos de la vida.

Un buen asesor, ¿puede obrar el milagro?
Por supuesto que sí, de hecho alguno pueden atribuirme (risas). El don de gentes tiene que ver con la cercanía a las personas, y es algo que algunos políticos le dan como salpullido, no le sale de manera natural. No le gusta mezclarse con la gente aunque vayan de populares. Entonces hay que trabajar la sonrisa, la proyección en el éxito de las personas, el contacto físico. Un buen asesor puede acelerar el éxito de un político … o destrozarlo.
A veces también hay que gestionar al mismo tiempo tanto el ‘poli bueno’ como el ‘poli malo’.
No me gusta este concepto, no creo que se complementen. Lo que sí me parece interesante es contar con alguien que ejerza el liderazgo más lógico, racional y otro más sentimental. Uno analítico, otro que trabaje la emotividad. Me gusta trabajar mezclando perfiles pero nade buenos o malos.
¿Pone condiciones pone para aceptar un trabajo?.
La primera, que pueda criticarlos todo lo que considere oportuno. No soy palmero. Tampoco formo parte de los partidos ni me incorporo al equipo de campaña. Además, mi trabajo tiene fecha de caducidad, no quiero perpetuarme ni ser un consejero áulico. No es por elitismo sino porque necesito ser libre, decirle lo que pienso. Especialmente lo negativo. También necesito tiempo, no se puede hacer todo en dos días.
Cuéntenos algo sobre su método.
Es muy artesanal. No soy teórico ni tengo manual. Hago ‘tabula rasa’, papel en blanco. Conozco a las personas y hago la estrategia a su medida.
¿Qué frenos son los más comunes? Otro error muy común es no “rodearte de los mejores” vaya que te hagan sombra.
Los prejuicios hacia los demás y respecto a nosotros mismos te crean barreras a veces insalvables. Y te quita la capacidad de escucha.
Por último, me gustaría que nombrar a un político, profesional y personaje público que cuente entre su ‘don de gentes’ con la trilogía imprescindible: carisma, empatía y simpatía.
Un ejemplo paradigmático es Barack Obama. El mas reciente es Meloni, alguien cercano Juan Manuel Moreno Bonilla. Pero sus talentos no son espontáneos sino personajes construidos a base de trabajo y mejorando mucho.