Un millón de suscriptores en el canal Youtube no es fácil. Está al alcance de muy pocos hacerlo con un canal temático tan exclusivo como lo viene haciendo desde hace tres años este oscense apasionado por su trabajo. Le acompaña la fe ciega en lo que hace y una vocación por disfrutar donde en ocasiones se confunden trabajo y placer. El resultado es un éxito sin precedentes y desde luego no esperado. Director de cine, etnógrafo y fotógrafo, Eugenio Monesma se mueve como pez en el agua en esas disciplinas en las que pone en valor costumbres rurales y oficios perdidos rescatando recetas ancestrales que coloca en la red con toda naturalidad. Recupera las fiestas más tradicionales y en muchos casos olvidadas. Viene a ser como la memoria permanente de nuevo cuño.
Dicharachero como el que más, de fácil conversación no puede evitar emocionarse en cada uno de los muchos premios que en estos dos últimos años recibe una semana sí y otra también. Todo lo que toca lo convierte en actual e interesante. De él dicen que viriliza el ingenio rural, y sus más de 3.200 documentales son toda una provocación. Hay Eugenio Monesma para rato.
Anuncia sus estrenos en el canal y son seguidos por miles de suscriptores al momento de ser publicados. Es todo un fenómeno que le llega en su mejor momento de creatividad. Lo han llamado desde el “Indiana Jones de los fogones” o el “embajador de la España vaciada”. En la Cadena Ser lo bautizaron recientemente como el “Sabio de Huesca” que podría salvar la humanidad, al destapar procesos básicos en la cadena alimentaria que habían desaparecido por la industrialización. Vamos, una locura.
Eugenio Monesma es el éxito de una idea cuidada y mimada en estos 70 años que adornan su perfilada barba blanca, que abrocha una cara que siempre va protegida por su clásico sombrero de ala ancha otorgándole, junto a su inseparable chaleco de mil bolsillos, ese aspecto de trotamundos rural. Habla de cosas banales con lenguaje claro y por eso conecta a las mil maravillas. Cuidado con él, de momento el primer millón de seguidores ahí están. A por el segundo querido amigo. Silencio, se rueda…y tan pancho.