- Francia ha sido uno de los primeros países en adoptar medidas, que afectarán también a la climatización.
- Dada la crisis geopolítica y la escasez energética, se espera que otros le sigan.
En París, ya es un hecho: cualquier comercio que mantenga abiertas sus puertas abiertas mientras utiliza el aire acondicionado o la calefacción tendrá una multa de 150 euros. Lo mismo sucederá si mantiene encendidos rótulos o cualquier tipo de publicidad luminosa de 1:00 a 6:00 de la madrugada. La medida está ya también vigente en otras ciudades de Francia, como Lyon, Bourg-en-Bresse y Besançon.
Aunque la prohibición obedece a ordenanzas municipales, no hace sino adelantarse a la legislación que en breve entrará en vigor en todo el territorio francés. Únicamente los aeropuertos y las estaciones ferroviarias podrán exhibir publicidad luminosa nocturna en horario nocturno. Los decretos ya se han presentado. La ministra francesa ha anunciado que se prevén multas que ascenderán hasta los 750 euros.
Francia se convierte, de este modo, en uno de los primeros países europeos en intervenir el despliegue luminoso de las grandes ciudades para prevenir la escasez de gas y de electricidad. No es, no obstante, el único que anuncia medidas en esa dirección. De hecho, su abastecimiento mediante la energía nuclear, convierte a Francia en uno de los países menos vulnerables a la debacle si se cierra definitivamente el grifo del gas proveniente de Rusia. A partir de otoño, se esperan más restricciones a lo largo y a lo ancho de toda Europa. En especial, si la actual crisis geopolítica se recrudece.