Que Cruzcampo apuesta por el talento no es un lema ni un eslogan publicitario. Es un propósito. Pero no porque es la consecuencia de apostar por un eje de comunicación incluido en una estrategia global meditada.
Ni por atender a la necesidad de seguir construyendo «con acento» una marca centenaria que se renueva cada día o porque se ha subido al carro de «lo socialmente responsable». Sino porque responden al decir y al hacer, a que el consumidor o el público objetivo obtenga respuestas sin preguntar.
Y lo cuento así porque tan solo hizo falta pensar sobre cómo potencia el talento Cruzcampo pero no expresar la cuestión. Se contestaba sola, el relato está delante de tí si visitas la nueva Factoría Cultural.
Comenzando por sus maestros cerveceros. Juan Jiménez e Irene Pascual. No llegan a treinta años y la empresa ha confiado millones de euros a su conocimiento, ilusión y a su competencia, que no competitividad. Solo hace falta hacer algunas de sus visitas guiadas para contagiarte, y conjurarte con esta juventud de tanto futuro.

Igualmente te conquista la política de admisión para formar parte de la Escuela de Hostelería, tanto de barista como de restauración, de esta fábrica de oportunidades. Amar la hostelería como profesión, y elegirla como su dedicación para su porvenir. Su candidatura no sigue los pasos del Europass, el modelo por antonomasia del CV; sino que es un vídeo de dos minutos donde defiendes aprovechar tu oportunidad.
Y si es así, como los estudiantes que se han autoinscritos con sus ganas de aprender, sabes que solo es el inicio y nunca la meta. Además, tiene una motivación y responsabilidad doble. El futuro de otros jóvenes dependen en cierta medida de su buen hacer. Euro que vendan irá para la escuela de formación, cada euro que vendrán diez pondrá de más la Fundación para la escuela de formación. No es un reiteración, es un compromiso multiplicado.
Que tiene un especial valor por el contexto y el entorno. El paro juvenil es disparatado en nuestra comunidad, el 50 % de los menosres de 25 años. Uno de cada dos jóvenes andaluces. Además, se da la circunstancia de que de los diez barrios más pobres de España están en Sevilla, y algunos de ellos a escasos metros de la sede en la Cruz del Campo. Queda claro que la iniciativa es un mucho más que disfrutar y aprender sobre la ‘caña perfecta’.

Por eso, hemos querido incidir tras la delicada y exquisita visita a medios de comunicación en este aspecto fundamental de la nueva infraestructura, su visión filantrópica.
Igualmente, podríamos hablar de los fines con la directora de la Fundación, Regla Bejarano, pero esperamos hacerlo a través de una entrevista; de la exitosa campaña de Cruzcampo, el acento y Lola Flores, más bien podría ser un interesante #ExtradigitalLive en Instagram con Esteban Velasco, su director de marketing. O haber centrado el reportaje en la importancia de la comunicación externa …. e interna, donde la DIRCOM Pilar Hermida puede contarnos muchos. Como también en el podcast de Vermú (o la caña¡) aprenderemos, estamos seguro, mucho con Carmen Ponce si acepta pasar una buen rato de conversación con Mauro Picatoste.
Más esta vez hemos querido centrarlo en la labor social y de responsabilidad social corporativa de este nuevo atractivo, motor de la cultura cervecera, que es la Factoría Cruzcampo. 1.300 metros cuadrados de continente, millones de esperanzas en su contenido.
El horario de apertura al público de Factoría Cruzcampo está adaptado a la jornada lectiva del programa social de Talento Cruzcampo, de martes a viernes de 13.30h a 18.00h. Las reservas pueden realizarse en la web www.factoriacruzcampo.es