- La productora audiovisual del empresario compostelano José Ramón García, ex CEO de Blusens, y de Miguel Ángel Tobías, productor de Españoles por el Mundo, se postula como la oferta de compra para hacerse con el diario decano de Galicia
- El Correo Gallego se declara oficialmente en quiebra después de que la editorial Compostela SA pidiese la liquidación de la compañía como parte de su concurso voluntario de acreedores y que va acompañada por una propuesta de adquisición
La insolvencia declarada por parte de la editorial Compostela SA ha sentenciado a El Correo Gallego, una de las cabeceras históricas de Galicia decana de la prensa gallega (Ferrol, 1878). Un estado de quiebra técnica que ha hecho que el medio de comunicación entre de forma voluntaria en concurso de acreedores. Así lo han solicitado los dueños del periódico al Juzgado Mercantil número 2 de A Coruña, una liquidación que ya se está llevando a cabo y que en todo caso va acompañada de una propuesta escrita vinculante de adquisición de la unidad productiva en funcionamiento. Se trata de Acca Media, la productora audiovisual que tienen el empresario Compostelano José Ramón García (Blusens) y el productor vasco Miguel Ángel Tobías (“Españoles por el Mundo”).
Una relación que parece que ya viene de lejos con los todavía gestores de El Correo Gallego, a juzgar por la publicación de artículos de este tipo. Un texto en el que se confirma a José Ramón García como socio y que Acca Media mudó su domicilio social a la sede de El Correo desde Valencia en 2020.
Falta de transparencia en la gestión empresarial
La posibilidad de muerte de El Correo Gallego, ha hecho encender todas las alarmas en infinidad de asociaciones de periodistas, sindicatos y otras entidades gallegas. Es el caso, por ejemplo, de la Asociación de Periodistas de Santiago de Compostela o el Colexio de Xornalistas de Galicia. Los primeros critican la falta de transparencia en lo que califican “de una desafortunada gestión empresarial de Editorial Compostela, sobre todo, en los últimos años”.
Los segundos, por su parte, aseguran que “La firma tenía las cuentas saneadas en 2004. Entró en las últimas décadas en una política de inversiones con la que sumó abundantes deudas que fueron creciendo a lo largo de los años. El plantel de trabajadores sufre, en este momento, el impago de numerosas nóminas. A lo que hace falta sumar otras deudas con proveedores, empresas o la administración.”
Los trabajadores llevan meses sin cobrar
Ambos organismos, conscientes de la aparición de un nuevo grupo empresarial, solicitan a los futuros propietarios la puesta en marcha de acciones que deriven en el mantenimiento de los puestos de trabajo. Por supuesto, en el pago de los salarios atrasados y en el mantenimiento de la cabecera histórica. Afirman que el mantenimiento de unas condiciones de trabajo dignas, son imprescindibles para el ejercicio de un periodismo de calidad.
En todo caso, la última palabra en cuanto a la compra de El Correo Gallego la tiene la jueza que instruye el caso. Para ello, tendrá que tener en cuenta la opinión de los más de 50 acreedores con los que la compañía acumula deudas. Ahí es cuando se verá si la compra se hace efectiva o si se subastan todos los activos