La premisa para una comunicación responsable es contar con un propósito claro en la estrategia de tu actividad. Son, en muchos casos, los valores de una compañía los que alimentan la responsabilidad social, consiguiendo así que se promueva un desarrollo sostenible. Por tanto, debemos tener en cuenta que la responsabilidad social empresarial es un eje más de la estrategia y que influye en parte del negocio. De este modo, al involucrarla en la cultura empresarial haciendo partícipes a los equipos de ella, la sostenibilidad ya es parte activa del desarrollo de la actividad.
Hablamos mucho de la agenda 2030, que promueve la prosperidad económica conjunta, el desarrollo social y el cuidado del medioambiente para todos los países, apuntando diferentes objetivos de desarrollo sostenible (ODS), pero…
¿Qué aportamos cada uno a su consecución?
Lo principal es la escucha activa con los grupos de interés y el compromiso que establecemos con ellos. A partir de ahí, establecemos nuestro propósito, nuestro para qué, que se alinea en la estrategia de la organización y con los intereses de la sociedad.
Todo esto va mucho más allá de la reputación corporativa, ya que es un elemento que añade un valor diferencial a toda la organización, posicionando el propósito empresarial como guía de actuación para los equipos. Es un factor que genera fidelidad de clientes, captación de talento… En definitiva, un eje fundamental en la toma de decisiones de nuestros grupos de interés.
En el caso de Instituto Galego do Talento lo tenemos claro porque nuestros grupos de interés (instituciones, sociedad, empresas…) coinciden en que el espacio que cubrimos con nuestro “para qué” es nuestra visión: servir como punto de encuentro para todas aquellas personas vinculadas a Galicia, construyendo una comunidad dinámica que visibilice el talento gallego.
A partir de ahí, es imprescindible marcar objetivos cuantificables que nos ayuden a medir la consecución de objetivos a corto/ medio y largo plazo para poder potenciar la viabilidad del proyecto y si estamos cumpliendo con las expectativas de la sociedad, teniendo en cuenta que la sostenibilidad es clave en el proyecto aportando reputación al mismo.
Desde el punto de vista del Dircom (y/o el área de comunicación) hay que plantearse las siguientes preguntas:
¿Qué función global cumple la gestión de comunicación en la entidad? ¿Cuál es la filosofía central de la gestión comunicativa? [1]
No hay respuestas correctas o incorrectas a estas preguntas, sino que son ellas mismas las que definen la función, propósito o intención global de la comunicación. Más importante si cabe, es la forma de responder a ellas, porque será la que impactará en la perspectiva o enfoque general que tendrá la comunicación en la entidad.
Desde el área de comunicación de IGATA damos prioridad a reflejar los valores que nos mueven: comunidad, apoyo, visibilidad y desarrollo. A partir de ellos, logramos cumplir con nuestro propósito, nuestro para qué: reunir talento PARA sumar, PARA compartir conocimiento, PARA generar sinergias y PARA potenciar inquietudes.
De este modo, nos vemos implicados en mayor o menor medida en los diferentes ODS:
4.- Educación de calidad
5.- Igualdad de género
8.- Trabajo decente y crecimiento económico
10.- Reducción de las desigualdades
17.- Alianzas para lograr los objetivos
Lo que queda patente, es que el propósito juega un papel fundamental en la estrategia de cualquier compañía o entidad, y es imprescindible que nuestra actividad diaria gire en torno a él y no lo pierda de vista. Asimismo, todos los colaboradores han de conocerlo y tenerlo claro, y esa es una responsabilidad del líder. Situar este propósito como guía de actuación para los colaboradores. A partir de ahí, todas las comunicaciones llevarán implícito ese “para qué” porque estará inmerso en todas las actuaciones y estrategias de la entidad.
Principales conclusiones
En definitiva, la comunicación responsable tiene como objetivo difundir la realidad de una entidad/organismo/institución hacia sus grupos de interés de una manera fiable y eficaz, potenciando la sensibilidad hacia diferentes temas, apelando a las emociones, para lograr la implicación de la sociedad.
La consecución de la agenda 2030 es tarea de todos. Sin tener claro cuál es la aportación a cada uno de los objetivos marcados, no será posible cuantificar cómo lo estamos logrando. Y tú, ¿tienes claro cómo contribuyes? y, sobre todo, ¿cómo lo comunicas?
Leticia Río Dovao, responsable de Comunicación en IGATA
*Capriotti, Paul (2021): DircomMAP. Dirección Estratégica de Comunicación. Barcelona: Bidireccional.