Estimada Creatividad:
Se nos hace muy raro escribirte… Tú que tanto has alimentado nuestro síndrome de impostora, que nos hiciste creer que eras solo para unos pocos, “los elegidos”, “los inalcanzables genios creativos alias Don Draper”…
Tú que tantas veces nos invitas a salir corriendo desde ese hemisferio derecho cerebral en el que habitas, rodeándonos de incertidumbre y precariedad. A veces te escapamos, no es nada personal, solo buscamos poder envejecer y vivir de esto de una forma estable, sostenible, libre de techos de cristal, de suelos pegajosos, de horarios infinitos, de urgencias, de bajas temerarias… Donde nuestras ideas sean valoradas, remuneradas y puedan ser compatibles con “lo que viene siendo una vida”.
Tú que tenías una crisis reputacional de marca severa. Ya no había rebranding, claim con punch, reposicionamiento, retargeting, ChatGPT, ni IA que te salvase ante tu público objetivo.
Hasta que un día… algo empezó a cambiar. Y no, señora creatividad, no fuiste tú. (Hay que ver! siempre con tanto ego… 😉
Fuisteis/sois vosotrxs (compañeras, compañeros de profesión, proyectos nuevos, pequeños y grandes, juniors con límites, seniors con ganas de darle la vuelta a esto…) quienes dijisteis como nosotras: ¡basta!. Y empezásteis a hacer cosas para cambiar cosas. A dejar de vernos como competencia y a demostrar que otra forma de hacer y habitar este sector es posible. Porque se pueden crear proyectos con otros tiempos y valores, tejer redes… Y abrir la mirada a una creatividad más responsable (hacia fuera, pero también hacia dentro) que ponga a las personas en el centro.
Hoy As Peaky Branders cumple medio año de vida. Con sus errores, que los hay y muchos, el aprendizaje más importante hasta ahora ha sido constatar que la creatividad…
No tiene por qué ser urgente,
no es arte,
ni poner algo bonito,
no es sólo para unos pocos,
ni surge espontáneamente mientras cantas en la ducha (hay mucho trabajo detrás),
no es humo, no es ruido,
no se alimenta de ego ni habita en las vitrinas,
ni en el azar, ni en el estereotipo,
ni en la perfección…
Puede ser humilde, honesta, transparente.
Es necesaria, útil y tiene un superpoder: es transformadora.