Asegura tener dos profesiones y pasiones: las Compras y el Storytelling. Hoy entrevistamos a Iván Fernández Amil, ingeniero, escritor y colaborador habitual de los diarios digitales Quincemil y Treintayseis de El Español. Además, se ha convertido en un verdadero influencer en LinkedIn y ya cuenta con más de 40.000 seguidores a los que inspira, y a cuyos comentarios contesta personalmente.
Has sido reconocido como divulgador del año en los premios #TopInspira de LinkedIn 2019, un top elegido por votación popular para homenajear a aquellos que nos dejan huella. ¿Cómo se consigue dejar huella?
Hay quien dice que para dejar huella hay que salir en televisión, o tener muchos seguidores, o hay que llamar la atención, aunque sea con polémicas. Yo creo que, para dejar huella, para trascender, tenemos que ayudar a los demás, aportarles valor y hacer que sean mejores. Todos y cada uno de nosotros tenemos “algo” con lo que podemos ayudar a los demás. Lo difícil, en mi opinión, es descubrir ese “algo” y saber cómo utilizarlo para llegar a quien lo necesita.
La legendaria Maya Angelou, decía que «la gente olvidará lo que hiciste y lo que dijiste, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir». Eso es dejar huella.
También has ejercido como colaborador en esta red social profesional con el objetivo solidario de ayudar a desempleados a mejorar su perfil. ¿Qué recomendaciones puedes darnos para mejorar nuestro perfil de LinkedIn? Nos encantaría que compartieses con nosotros tus técnicas a la hora de publicar….
Cuando alguien me hace esa pregunta siempre contesto lo mismo. ¿Cuál es tu objetivo? No es igual tener un perfil para ampliar conocimientos, que tener un perfil para vender tu producto o para encontrar trabajo. Cuando tú objetivo está claro, es cuando puedes comenzar a mejorar tu perfil.
Volvemos al punto de la pregunta anterior. La clave es saber qué puedes ofrecer, en qué eres brillante, qué puedes hacer por los demás. Y a partir de ahí, desarrollar todo tu perfil. Lo complicado es “dar con la tecla”, pero, una vez que lo has conseguido, siendo constante conseguirás tener un perfil de diez. Y no olvidemos que hay profesionales que se dedican a ayudar a los demás a conseguir tener ese perfil de diez así que es buena idea recurrir a ellos siempre que se pueda. No es un gasto, es una inversión en nosotros mismos.
Durante tu participación en la IX Conferencia Iberoamericana de Continuidad del Negocio, Gestión de Crisis y Resiliencia Organizacional con tu ponencia titulada “La Resilencia y las pandemias. Cuando las Cadenas de Suministro ayudaron a vencer a Hitler y pusieron al hombre en la Luna” te presentaron como el gran maestro del storytelling iberoamericano. ¿En qué momento nace esta pasión en un ingeniero y cómo has conseguido llegar hasta donde estás hoy en día?
La participación en la Ponencia de DRJ en Español fue un auténtico honor. Estamos hablando del mayor evento del mundo hispanohablante sobre Continuidad del Negocio y Gestión de Crisis. La verdad es que exageraron con mi presentación, los maestros dan clases magistrales y yo tan solo soy un contador de historias.
Hace unos 3 años comencé a publicar en LinkedIn sobre Compras, Logística… y vi que a la gente le gustaba mi contenido pero también cómo lo contaba. Así que me dije, ¿por qué no usar esta “habilidad” para contar historias sobre emprendimiento, empresas, éxitos y fracasos o personajes que han cambiado el mundo? Y descubrí que a la gente le ayudaba, les entretenía, les hacía olvidarse de sus problemas durante 1.300 caracteres. “Di con la tecla”.
La gente dice que inspiro, pero yo creo que simplemente tengo un don para contar historias.
Tu faceta de contador de historias queda más que demostrada en tus publicaciones semanales #HistoriasdelaHistoria, artículos dedicados a la divulgación de empresas, lugares, gestas y personajes históricos de Galicia. Y justo hace unos días publicabas tu libro Historias de Galicia que nadie te había contado. ¿Es suficiente tener una gran historia o no sirve de nada si no sabes contarla?
Por supuesto, una gran historia es un simple cuento si no sabemos cómo contarla. Soy de la opinión de que todos tenemos una gran historia. Cada empresa, cada persona, cada producto y cada marca tienen una historia detrás que, normalmente, es desconocida. Contar nuestra historia es una magnífica manera de destacar. Por eso es tan importante saber contarla, ya que puede marcar la diferencia entre una simple historia o una épica e inspiradora aventura.
¿Cómo pueden realmente las marcas sacarle partido a un buen storytelling?
Sin una buena historia tu producto será una mercancía más entre millones. Los productos no se venden solos, son las historias que contamos sobre ellos las que hacen que ocurra. El espíritu del Storytelling es el arte de comunicar contando historias, tus historias. Con el Storytelling, las marcas y las personas convierten sus mensajes en aventuras misteriosas, legendarias, mágicas
La idea es dejar a nuestra audiencia con la boca abierta, con ganas de más, y convertir a nuestros clientes en nuestros fans, y eso solo ocurre cuando has construido algo único y consigues impactar en ellos. Esa es la magia del Storytelling. Y para ello las marcas tienen que recurrir a expertos y profesionales.
Las marcas no pueden dejar su historia en manos de cualquiera, como tampoco dejarían sus Finanzas, sus Ventas o sus Compras. Creo que el Storytelling va camino de convertirse, si no lo es ya, en un nuevo Rol en las empresas tan importante como el resto de funciones y roles tradicionales.
Hace poco que decidiste unir fuerzas con Miraveo para hacernos llegar estas historias en formato vídeo. ¿Se puede crear una experiencia única solo a través de las palabras o es necesario el apoyo de la imagen? ¿El reinado de lo escrito está perdiendo fuerzas frente al video o al podcast?
Mi asociación con Miraveo está en fase BETA, estamos en pruebas a ver cómo funciona la sinergia y qué beneficios nos puede aportar a ambos. Nos queda aún mucho camino por recorrer.
El vídeo es una manera de llegar a las personas, pero no podemos olvidarnos de que, sin un buen contenido, el vídeo no tiene valor alguno, la base siempre son las palabras. Con el vídeo conseguimos llegar de otra manera, pero no es imprescindible para impactar.
Una buena historia en 1.300 caracteres puede impactar tanto o más que un vídeo.
Y, por supuesto, todo depende de dónde publicamos nuestras historias y de nuestro público objetivo. No es comparable publicar en LinkedIn, que en Instagram, que en TikTok. Cada Red Social tiene su rey. Lo que debemos hacer es adaptarnos, pero sin olvidar que las palabras son siempre la base.
No podemos despedirnos sin hablar contigo de marca personal. Todos tenemos una, pero la mayoría no la trabajamos como debiéramos. ¿Cómo se consigue tener una buena marca personal como la tuya? ¿Y cómo se mide su éxito?
Nuestra marca personal es lo que somos, lo que sabemos, nuestros errores y fracasos, lo que aprendimos de ellos, nuestros éxitos y aciertos, lo que la gente dice de nosotros cuando no estamos delante, el impacto que dejamos en los demás… Podemos obviarla, renegar de ella, odiarla, pero no podemos eliminarla ni esconderla, es una proyección de lo que somos, es lo que mostramos, intencionadamente o no, a todos los que nos conocen. ¿Qué dirían las personas que nos conocen si tuvieran que describirnos? ¿Qué querríamos que dijeran?
Si queremos tener una marca personal exitosa primero tenemos que saber qué es lo que podemos aportar a los demás, en qué podemos ayudarles y cómo podemos hacerlo. La marca personal no la crean los títulos, ni los puestos, ni los contactos, ni los sueldos.
Creo que la marca personal es exitosa o funciona, cuando las personas saben a quién recurrir cuando necesitan a alguien que las ayude sobre un tema concreto, cuando saben que nosotros les ofrecemos los que ellos no pueden obtener por sí mismos, cuando hacemos mejores a los demás. Cuando llega ese día, cuando la gente sabe a quién recurrir, lo habremos conseguido, nuestra marca funciona. Pero ojo, es solo el principio, hay que alimentarla, seguir cultivándola y alimentándola, porque tu marca eres tú, y solo tú eres responsable de ella así que, cuídala, nadie va a hacerlo por ti.