- Empresas gallegas ponen a disposición sus recursos para echar una mano solidaria en la crisis generada por el COVID-19
- La producción de mascarillas y respiradores, elementos básicos y escasos, están centrando la actividad de muchas de ellas
El confinamiento se prolonga, al menos, hasta el 12 de abril, coincidiendo con el final de la Semana Santa, aunque ya se habla de que se podría prorrogar, y las medidas de restricción se han extendido hasta el cese de las actividades no esenciales. Pero, a pesar del momento tan complicado, las empresas gallegas se han arremangado para unir fuerzas para luchar contra contagio del COVID-19, su expansión y los efectos negativos que está dejando como un reguero a su paso. Un contagio, el de la solidaridad, que sigue marcando el día a día de las empresas gallegas.
Para paliar la escasez de recursos con los que cuentan los profesionales sanitarios, ABANCA ha comprado, en colaboración con la Xunta de Galicia, 150 unidades individuales de cuidados intensivos que el SERGAS repartirá entre los diferentes hospitales de la comunidad. Máquinas que funcionan como plazas de cuidados intensivos y que ayudan al paciente a respirar por su cuenta o con ayuda artificial, y sirve para adultos, niños y bebés.
La unión hace la fuerza, y hoy más que nunca; como ejemplo, el improvisado consorcio que se ha creado para la fabricación de respiradores. Liderados por la firma tecnológica coruñesa Bionix, otras empresas como Cinfo, Electrónica y Comunicaciones, i3DAtlántico, Grupo Caamaño y Tattoo Contract se concentran, con la colaboración del CTAG y de CEAGA, en la producción de esos respiradores tan necesarios. Cuentan, también, con Lupeon, Nort3D e Inmake, tres empresas participantes en la aceleradora Business Factory Auto, para la fabricación de las válvulas de los respiradores.
La solidaridad también se manufactura. Cointega, la Confederación de Industrias Textiles de Galicia, coordina a más de treinta voluntarias que dedicarán sus máquinas de coser a la producción de mascarillas, un bien escaso en estos tiempos. Lo harán con material que llega desde China y el donado por empresas como Inditex o Roberto Verino. Jevaso, con sede en A Coruña, se encarga de la logística y el almacenamiento de todo el material antes de ser entregado a la Xunta.
De la limpieza de las zonas más transitadas de muchos pequeños municipios gallegos se están encargando los viticultores de la cooperativa de las Bodegas Martín Códax, que han cedido sus atomizadoras para lavar las calles de Ares, Mugardos, Catoria, Salvaterra y Pontedeume, entre otros. Una lista que sigue creciendo, igual que la solidaridad de los viticultores.
Y en un tiempo marcado por el distanciamiento social, Cenor Electrodomésticos, con la colaboración de Primux Trading, donará 300 dispositivos móviles a hospitales y residencias del norte de España, para acercar a los que están lejos y que sus usuarios puedan abrazarse, aunque sea digitalmente. Unos abrazos en la distancia que, gracias a la tecnología, ya serán posibles.
Alimentos para paliar la crisis
En la rama de la alimentación, también las empresas gallegas están sacando músculo para colaborar. Lo hace Pizza Móvil con la entrega de pizzas a los hospitales antes de cerrar. O Pescanova, que colabora haciendo llegar alimentos a las personas que más lo necesitan. Una iniciativa del Concello de Vigo para que, además de proveer de productos a los más desfavorecidos, también evita que salgan de casa y se protejan contra un posible contagio.
Mientras las empresas de todos los sectores, especialmente los no considerados como “esenciales”, tratan de manejar la situación intentando esquivar los ERTEs, la compañía viguesa de pesca y transformación de túnidos Atunlo ha anunciado que pagará un 15% más a su plantilla durante el estado de alarma. El objetivo es premiar a los trabajadores de aquellos centros que consigan mantener la actividad y continuar prestando servicio a sus clientes.
