Crear imagen de marca y perdurar por los tiempos de los tiempos. Esa es “La Magia de Huesca”. Una historia de éxito sin discusión alguna. La aventura de colocar en el centro del mapa los muchos encantos de una provincia que hasta hace unos años mal vivía con la etiqueta de ser una de las grandes desconocidas, y encima eclipsada por los atractivos de Jaca “La Perla del Pirineo”.
La Magia de Huesca, hoy, es un concepto en manos de Tu Huesca. Lo cuida y alimenta con el mimo de una madre primeriza. Su gerente, Fernando Blasco, conoce los intríngulis de su gestación y le profesa un tratamiento que la mantiene de plena actualidad y llena de vida. La historia que nació de la mano de Carlos García al frente de la Diputación de Huesca le reservaba a La Magia, la condición de genialidad. Nadie podríamos suponer entonces que la vaca daría tanta leche.
Ese primer esfuerzo, con tana profusión de medios y parabienes dio paso a la crítica y la incomprensión de los más cercanos. Se veía como gasto suntuario lo que acabaría erigiéndose en la mejor inversión publicitaria que se recuerda por estos pagos. Tuvo que ser una empresa de Barcelona quien nos animase a creer en la idea, a apoyarla contra viento y marea. Nos convenció que teníamos mucho y muy bueno por enseñar.
Hacía falta una herramienta, un escenario rodante que llevara a toda España por etapas la carta de presentación. Fue el baloncesto quien nos hizo vivir la historia más emocionante contada en el Altoaragón. No fue sólo un fenómeno deportivo sin parangón. Fue mucho más. Fue un fenómeno social que cambió la cara a la ciudad y a sus gentes. Todo ello diseñado desde el viejo Pabellón de la Calle del Parque.
El día 11, años y años después del milagro, Huesca se viste de gala para celebrar el merecido homenaje a esas decenas de “Gladiadores” que vistiendo la camiseta del equipo del Baloncesto hicieron de la Magia un estilo de vida. Al frente de la escuadra, Brian Jackson. El francotirador vuelve a Huesca, cuidado con él.