Entrevistamos a José Merino, al frente de la Comunicación en la Universidad de Salamanca (USAL) y miembro del ‘once’ ideal de la Comunicación Institucional. Con él hemos valorado el trabajo de los departamentos de comunicación, tan necesarios que, a día de hoy, se hacen indispensables para lograr trasmitir con éxito la cultura de instituciones públicas como la Universidad de Salamanca.
¿Valoran los medios el trabajo que se hace desde los departamentos/equipos de comunicación de las instituciones?
Tal vez sea una pregunta para que respondieran los periodistas, pero estoy convencido de que hay una opinión muy favorable sobre el trabajo realizado. Nuestra misión es gestionar de forma profesional y creativa la comunicación con transparencia, rigor y veracidad. Esto se valora muy positivamente por los medios y saben que siempre intentamos facilitar su trabajo. Tienes controlados sus tiempos de publicación, estableces una estrecha relación con los periodistas que a diario cubren la información, conoces los perfiles editoriales de los medios de comunicación. Todo ello favorece la creación de dinámicas de comunicación fluidas.
¿Hasta qué punto es importante el haber pasado por los medios antes de llegar a ponerse al frente de la Comunicación en el ámbito público? ¿Cómo influye contar con un bagaje en el “otro lado”?
La experiencia laboral en un mundo tan cambiante como es la comunicación es muy importante. En la segunda temporada de la serie danesa “Borgen”, la primera ministra prescinde del periodista que le ha ayudado a ganar las elecciones por un profesor de gran prestigio. Sin embargo, su falta de conocimiento en el trabajo del día a día con los periodistas le hizo fracasar. Particularmente, trabajé 13 años en prensa y radio antes de incorporarme a este “transatlántico” que es la Universidad de Salamanca.
Conocer los medios por dentro te ofrece una perspectiva fundamental a la hora de planificar las acciones que te lleven a trasladar con éxito a la sociedad la cultura corporativa de la institución.
¿Qué carencias tiene, a día de hoy, la Comunicación Institucional?
Los llamados gabinetes de prensa de los años ochenta y noventa son ahora departamentos o direcciones de comunicación institucional o corporativa. Éstos han ido profesionalizándose con el tiempo, incorporando en sus oficinas distintos perfiles y formando parte de la estructura estable de las Instituciones. Esto en el caso de las universidades no es un tema baladí, sino de suma importancia. En la mayoría de los casos no son unidades dispuestas o designadas por los equipos rectorales, sino servicios profesionales como lo son los de investigación, profesorado o contratación, por poner unos ejemplos.
Se trata pues de unidades que abarcan un conjunto de tareas muy amplias, que van, entre otras, desde la cobertura de la actualidad universitaria, al marketing, la comunicación de la ciencia, la gestión de redes sociales, la comunicación interna o la producción de materiales audiovisuales.
Las exigencias son cada vez mayores y la comunicación se manifiesta como un elemento cada vez más estratégico y sus departamentos de prensa se convierten en piezas imprescindibles en la gestión del cambio, la cohesión institucional y la cercanía a los diferentes públicos. Aquellas instituciones públicas que no apuesten por la comunicación integral perderán el tren de la modernidad. Los recursos humanos son limitados y el trabajo diario exige una continua puesta al día.
¿Cómo luchar contra todo el raudal de información que circula por las redes? ¿Son para vosotros un aliado o una amenaza?
Venimos de un momento histórico muy complicado provocado por la Covid-19, con tintes de distopía y con un alto coste en la pérdida de vidas humanas, que puso al mundo patas arriba.
Si algo confirmó la pandemia fue lo vulnerables que somos ante los bulos, las informaciones falsas y la propaganda tóxica que diariamente inundaron nuestros móviles y tabletas.
Y en esta lucha por imponer la verdad creo que las universidades y sus departamentos de comunicación hemos jugado un papel importante en la ayuda ofrecida a los medios de comunicación para difundir la opinión y el conocimiento de los expertos. Hemos conseguido que muchos científicos rompieran la urna de cristal de sus laboratorios, departamentos y centros de investigación y contaran a la sociedad lo que estaba ocurriendo, dieran una opinión contrastada y avalada por años de trabajo, y además su voz lograra imponerse frente al ruido y la intoxicación de las redes sociales.
Los gabinetes de comunicación de las universidades nos convertimos en proveedores de fuentes expertas y contrastadas, muy necesarias en el mundo que transitamos. Creo sinceramente que nos hemos especializado en ofrecer contenido de valor a nuestros públicos, no tan solo la nota de prensa habitual, sino profundizando en temas de investigación, explicando las acciones de transferencia, enseñando el valor de la ciencia y del conocimiento nuevo a la sociedad.
Además, las redes sociales son nuestro mejor aliado para llegar a los jóvenes. Tenemos que tener en cuenta, que nuestros estudiantes solo se informan por ellas. Son nuestra mejor baza para llegar a este público.
¿Falta formación en las Facultades en lo que respecta a la comunicación institucional?
Los estudiantes salen cada vez mejor preparados de las facultades, pero se enfrentan a un mundo laboral muy complicado y extremadamente competitivo. La oferta formativa es cada vez más especializada y diversa. En nuestro caso, el programa de becas de colaboración ha permitido a decenas de estudiantes formarse en las tareas de la comunicación institucional, con resultados muy positivos, ya que les ha permitido bien incorporarse al mundo laboral o bien seguir su especialización en este campo.