Leo a mi querido Miguel Aranguren en El Observador (México) un artículo donde nos cuenta como día sí, día también los medios nos asaltan con alguna noticia escandalosa relacionada con la Iglesia. Suelen ser noticias que hostigan a la curia consiguiendo que a algunos fieles les haga dudar de la firmeza o no de la Iglesia ante algunas cuestiones. Como siempre Aranguren, nos anima diciéndonos que el calendario de la historia está repleto de hombres y mujeres que vencieron las dudas y el miedo.
Hoy me levanto y leo en la portada de El país que Pedro Sánchez promete medidas para reforzar el carácter laico del Estado. Pobre resulta el olfato del líder socialista que –en su obsesión por trabajar en la senda hacia la laicidad- se aleja de las preocupaciones reales de la ciudadanía.
Un día más España se levanta con la preocupación de como reforzar el carácter laico del Estado. Don Pedro, no tenga dudas que a lo largo de la mañana a todos los cortados y pinchos de tortilla les acompañará esta conversación del tema que a usted tanto le preocupa.
Joven, guapo y lobo con piel de cordero que me recuerda a aquellos que dejaban lo importante para la noche anterior del examen. Habían comenzado a estudiar por lo fácil que en un futuro no les iba a servir para nada.