Indomable desde la cordialidad, líder por sus actos y no por sus gritos, autoritario y empático, pero ante todo defensor de sus escuderos caiga quien caiga. Así es Juanma Castaño, un adalid que revalida su autoridad en las noches radiofónicas fiel a un producto al que se suman legión de seguidores y que lo mantienen una vez más en lo alto de pódium de las audiencias.
No faltan quienes lo quieren comparar con José María García o con José Ramón de la Morena. Pero Juanma es de otra especie. Pertenece al olimpo de esos líderes que trascienden a las ondas. Es de nueva generación. Se mueve como pez en el agua en registros tan variados como “Masterchef”, en programas de televisión de Movistar Plus, presentando un acto, siendo embajador de firmas punteras del sector como Simonrack o lo que se proponga.
No es fácil ser líder y ser cercano. Abandera una nueva forma de hacer el periodismo deportivo. Para triunfar siguiendo un guion hace falta tener “duende”. Juanma lo tiene y lo explota, sacando conejos de la chistera de bombín con entrevistas de actualidad en las que no pregunta lo previsible para provocar el titular de su invitado.
Pertenece a la generación de las entrevistas a quema ropa. De los que te coge por la solapa y te impide dormir. Pero eso funciona, cada día más. El último EGM confirma la tendencia que le permitió cerrar el pasado año como líder absoluto de su franja. EL camino lo tiene marcado, los peones le siguen con escuderos que creen ciegamente en él. Con sus formas se puede crear un molde. Es la rueda a seguir actualmente. El triunfo de un comunicador que nació hace unos años y que con humildad está dejando en lo más alto a la radio de los obispos. “Norabona” Juanma, como se dice en bable.