Mónica Niño Romero. Asesora en comunicación política. Periodista, especialista en comunicación y redes sociales. Doctoranda.
La invasión de Rusia contra Ucrania ha producido un gran impacto en todo el mundo. Una nueva disrupción, sobrevenida tras el paréntesis de la pandemia por el COVID. Nos vemos atemorizados delante de las pantallas del Telediario y las noticias, con tristeza y pesadumbre, por los acontecimientos de esta inesperada guerra. Y por asemejarnos con las personas exiliadas con respecto a nosotros mismos, por la proximidad de nuestras vivencias.
En esta batalla, hay dos actores principales: el presidente ucraniano Zelensy y el ruso Putin. A primera vista, el dirigente de Rusia podría ser el dominador de la escena, pero debemos tener en cuenta otros valores que está teniendo el presidente de la nación eslava, con un pasado reciente como país que estuvo en la órbita de la antigua Unión Soviética.
La comunicación política maneja factores, a veces, inesperados. Zelensky podría haber sido medido por la característica de la “debilidad” cuando, en realidad, su país está en una situación de “vulnerabilidad”. Factor que Volodímir Zelenski está aprovechando para resurgir de una posición desfavorable.
Si, por una parte, Vladimir Putin, se posiciona con antipatía y una denostada reputación ante el público occidental, por otro lado, el ucraniano está sabiendo valerse de su experiencia como actor y comunicador para tomar posiciones, en el momento oportuno, con vídeos, atuendo y escenarios pertinentes y ventajosos.
Asimismo, el ruso quiere dominar y atemorizar a su país y a sus habitantes, pero, por el contrario, el ucraniano necesita convencer y atraer a sus aliados y a sus defensores internacionales a su defensa propia. Zelenski se ha convertido en un héroe. Ha obtenido, en muy pocos días, renombre internacional, pero además ha logrado la alianza de grandes potencias y países. Las continuas intervenciones, por ejemplo, las que ha realizado delante del edificio donde trabaja, o la intervención telemática en la sede de la OTAN, son ejemplos de su autenticidad. Y de arrogarse con el don de la ubicuidad.
El escenario virtual domina
Por otro lado, el contexto virtual favorece a este licenciado en Derecho, una digitalización acelerada debido a la crisis del coronavirus. Es decir, la esfera digital se ha impuesto en nuestra realidad tras el largo confinamiento por el Covid, que nos ha obligado a comunicarnos y utilizar masivamente los medios a distancia,con mucha más naturalidad. Y esto le da valor de relevancia y de realidad a Zelensky.
Sensu contrario, Putin adolece de esta frescura y carisma personal. Para Zelenski, es convertir en fortaleza una debilidad. Esto es, la vulnerabilidad transformarla en resurgimiento, audacia, sensación de resistencia. Es convertirse en un héroe resiliente. El mal contra la resiliencia.
Además, la vestimenta de Zelenski le acompaña. Recurre con oportunidad a vestirse, según la ocasión. Ropa militar sencilla, que desprende ser líder -no mandar o hacer de presidente- y estar al mando sin rendirse; aspecto de cansancio, que transmite dedicación y valentía; mensajes determinantes y potentes, a la vez que desprende tristeza y humanidad.
La comunicación es el arma del liderazgo
En estos tiempos, la comunicación es el arma del liderazgo. Y los canales digitales y la oportunidad encumbran al líder a quien mejor atraiga el respaldo internacional. Podríamos decir que el ucraniano lucha contra un solo y enorme país, Rusia. Por tanto, su figura se engrandece frente al enemigo porque se mide igual de tamaño. El político ucraniano es una persona que se ha convertido en personaje, es un ciudadano que habla de igual a igual hacia sus conciudadanos, no pone barreras ni jerarquías.
En cambio, Putin aparece, en Twitter por ejemplo, en un despacho algo antiguo o desfasado, con teléfonos fijos, dignos de otra época. Y, en muchas ocasiones, en habitaciones o escenas que desprenden lejanía, frialdad, distancia. Obsolescencia de su tiempo.
En tanto que este abrupto y reciente conflicto nos ha traído un enfrentamiento entre David contra Goliat, Goliat frente a David, Putin contra Zelensky. Una confrontación ancestral.