Zaragoza luce y de qué manera al convertirse en escaparate mundial con la llegada de la Vuelta ciclista a España. Una vez más gran despliegue de medios y de capacidad organizativa. Estando la ciudad en la carrera por convertirse en noviembre en Capital europea del deporte, la tarjeta de presentación de estos días traslada un poderío en imagen que sin duda es envidia de su competidor, la ciudad de Nápoles.
La ciudad está percibiéndose cuidada y los primeros pasos de Chueca en la Alcaldía se traducen en signos inequívocos de tener un plan para que vuelva a lucir bien lozana. La repercusión de una llegada de la Vuelta ciclista a España es de una magnitud tal que es complicado lograr en un día con inversión publicitaria. Convenía no fallar y aprovechar el tiro y a fe que se hizo y de qué manera. El binomio Chueca y Brocate, marketing y deporte, funciona aún mejor cuando hay que remangarse y dar el do de pecho.
Ahora hay que seguir. El camino está marcado, el plan bien trazado y ahora toca a todos arrimar el hombro. En branding de cidudad es donde Zaragoza y su equipo de gobierno no quieren siquiera dudar. La apuesta es muy decidida y cogiendo como bandera el deporte, las posibilidades de éxito son muchas. Si a ello sumamos la tenacidad, a la que por aquí llamamos tozudez, de nuestros próceres, nos disponemos a vivir una etapa de enjundia de marca.
La ciudad está viva y nos solazamos al ver que hay un plan en los despachos del Ayuntamiento para ella. Que luzca y que la Virgen del Pilar nos acompañe. Posdata, Chueca se presentó de amarillo en el pódium. Quién dijo miedo. Olé por ella. Es el peso del marketing.