Dicen que vuelven los de la ceja. Los mismos que apoyaron al innombrable y que se autodenominan representantes de la cultura. ‘Los prescriptores’ del bien y del mal.
¡Qué exceso de arrogancia puede inundar su mente cuando creen que su opinión le interesa a alguien! Aunque parece ser que sí que interesa. Otros pensamos que no tiene más valor que la que podría darnos una lista de ufólogos, sexadores de pollos o dependientes de tiendas de todo a 100.
Fariseos de la desigualdad carecen de profundidad democrática, pues nunca respetaron ni respetarán a los millones de personas (10,8 millones de personas votaron al PP en las últimas generales) que no piensan como ellos ni a los que los representan.
Afectados por el virus de la subvenciones, se han convertido en zombis que disputan y reclaman un protagonismo en la sociedad que la sociedad se niega a darles. El verdadero valor de esta lista es que refuerza la idea de donde no queremos estar y de lo que sí queremos hacer, que es justo lo contrario de lo que propongan.
Y, por último, aplaudo a los miles de intelectuales, artistas, escritores, toreros, actores, deportistas… que, con independencia de sus ideas -de un signo o de otro-, nos sorprenden, emocionan, enorgullecen y deslumbran cada día con sus obras.