Textos, artículos, reportajes, estudios… evidencian cada vez con más profundidad y frecuencia la situación en la que los mayores estamos poniendo a los menores en el uso y abuso de la red.
Esta vez es la OCDE la que acaba de presentar los datos del análisis PISA sobre El Bienestar de los Estudiantes. Se trata de analizar la situación social, familiar y escolar en relación con los resultados académicos, pero yendo un poco más allá de los mismos. Y en relación con las pantallas lo que nos toca es lo siguiente:
- Los alumnos españoles son los más ‘enganchados’ a internet: están más tiempo navegando que la media de los 72 países que se han sometido a la última edición del informe PISA.
- El 22% son usuarios extremos: ¡22 de cada 100! de los estudiantes españoles admitieron que usan internet durante más de seis horas al día durante los días entre semana.
- Casi siete de cada diez se sienten muy estresados cuando no pueden conectarse a internet: Frente al 69% de los jóvenes españoles que dice “sentirse realmente mal” si no tiene conexión a internet, hay un 54% de adolescentes de media en la OCDE que se encuentra en la misma situación. El dato global ya es malo, pero el español aún es peor.
- Los más aislados en la escuela son los que más usan internet. Hay una correlación entre el uso extremo de internet y el aislamiento social. Se ve que conexión no es lo mismo que comunicación…
- Los usuarios “extremos” españoles obtuvieron de media 35 puntos menos en las pruebas de Ciencias y también se muestran menos satisfechos con su vida personal.
- Los alumnos españoles de 15 años que más navegan por la red participan menos en clase, llegan tarde con más probabilidad y faltan más.
- Estos chavales también son más propensos a chatear en línea o escribir mensajes durante las horas escolares (un 22% lo hace todos los días) que otros alumnos (6%)
Andreas Schleicher, el padre del Informe PISA y el responsable educativo de la OCDE, advirtió durante la presentación del estudio en Madrid que “la dependencia a internet en España es alta y esto no es positivo en términos de integración social”. Pero, entonces, ¿es que nos estamos equivocando? A lo mejor sí.
Sin embargo, ahora estamos a punto de entrar en el mes de mayo y ya se sabe, los papás y mamás, inasequibles al desaliento se van a volver a plantear el regalo tecnológico del móvil.
Y es que los menores no son el problema. El problema de los menores somos los mayores.