Chicha Arozarena: «Sueño con un periodismo libre, independiente y profesional»

María Luisa (Chicha) Arozarena es una mujer referente del periodimo en Canarias, profesión a la que ha dedicado toda una vida, y una labor que le ha servido para ser Medalla de Oro de Canarias. A unos días de recibir esta distinción en el Día de Canarias, reflexiona sobre cómo sueña una profesión que, según sus palabras, debe ser libre, independiente y profesional. Cuenta, además, que desayunaría con el Rey Felipe VI para hacerle unas preguntas y realiza un balance de su trayectoria profesional.

¿Qué ha supuesto ser distinguida con la Medalla de Oro de Canarias?

Me cogió de sorpresa. Yo no estaba prevenida de que estaba en una lista, al parecer bastante reducida, para recibir esta distinción de la Medalla de Oro de Canarias. Es una satisfacción personal, porque que te den la máxima distinción de tu comunidad autónoma, donde has nacido, trabajado y donde vives, nadie puede decir que no le guste. En mi caso, he de decir que siento mucha satisfacción y alegría porque veo que se ha valorado el trabajo que hice no solo en Radio Nacional, donde fui directora territorial para toda Canarias durante 14 años de los 24 que trabajé tras acceder por oposición, sino también en otros medios como El Día, Diario de Avisos Europa Press. Durante todos esos años, me ha tocado cubrir actos muy difíciles y que han marcado a esta comunidad, a Canarias, y creo que es un reconocimiento a ello porque por otra cosa no podría yo pensar que me fueran a dar esta distinción.

Desde esa experiencia y desde todas las relaciones que ha tenido y los profesionales que han trabajo a su lado, ¿qué le diría a una persona joven que dice que quiere ser periodista?

Que lo sea, pero que piense en primer lugar que periodista no es lo que se está viendo ahora, sobre todo, insisto en este término, en programas de televisión, sean públicas o privadas, sobre todo privadas; y que son son un espectáculo, el ir a lucirse y a ver quién sabe más e fulanito/a o menganito/a, incluso sin ningún pudor a la hora de mentir o de decir cosas que no procedan. Lo segundo, que para mí el periodismo siempre ha sido un servicio a la sociedad, porque creo que la gente, la opinión pública, tiene derecho a estar informada y a saber por qué suceden las cosas, dónde suceden y si hay algo detrás de ese suceso, saber por qué se ha producido. Luego vienen matizaciones, pero primordialmente, entender el periodismo como un servicio a la sociedad. Esto quiere decir que yo no me tomo esta profesión como un lucimiento personal. Nunca lo he considerado así. Siempre, eso sí, he pensado, quizás también por mi manera de ser y por pensamiento mío, que hay que hacerlo todo lo mejor posible y en esta profesión hay que tener independencia y profesionalidad.

Estamos en un momento muy complejo, son tiempos de cambio, mucha incertidumbre, con muchas formas de comunicar… Desde la experiencia, ¿cómo ve la situación de los medios en general?

Yo que soy periodista y que me gusta mucho un título, sobre todo un resumen, te digo que la situación del periodismo en España es preocupante. Me preocupa nuestro país, nuestra comunidad autónoma, nuestra isla… Veo una situación preocupante. Puede parecer una afirmación fuerte, pero yo tengo una explicación. Veo que las circunstancias han cambiado, nos tenemos que adaptar a los nuevos tiempos, pero lo que no puede ser es que la mentira se instale, que se instale el cick bait, el meter mierdda que algo queda. A eso no podemos llegar bajo ningún concepto. Y ahora tenemos ahí a pasos agigantados otra cosa que es aún más preocpuante, que es la famosa IA, la inteligencia artificial, que mal utilizada puede ser muy peligrosa para todo el mundo y veo que, en algunas ocasiones, la gente no es consciente de esto y me preocupa. Por todo esto, el término que utilizo es preocupante.

¿Cómo podemos luchar contra esta situación?

En el sentido del comportamiento, lo que decía: independencia y profesionalidad. Sé que hay mucha gente que cuando lea esto dirá: independencia, pero si quien te paga te obliga a decir una cosa, no te queda más remedio porque te ves en la calle y no hay tantas oportunidades de trabajo. Vale, eso lo veríamos desde otro punto de vista, pero la profesionalidad tiene que estar por encima de todo. Por eso digo que con profesionalidad y sabiendo explicar bien las cosas. Yo creo que todo trabajo bien hecho tiene su recompensa, me puedo equivocar, no soy ninguna ilusa, tengo ilusión pero no soy ilusa, y sí creo que los que realmente quieran esta profesión tienen que saber que es una profesión muy difícil en la que se puede hacer mucho daño a la gente largando cuestiones que no hemos contrastado o que se sabe que no son verdad, pero las dices que algo queda. Creo que vamos siempre al mismo tema. Situación difícil y preocupante.

No ha desconcectado de los medios y la actividad periodística nunca, ¿cuál es el balance de todos estos años?

El balance para mí es muy postivio porque he podido acceder a una gran empresa como Radio Nacional. Empecé en otra como el periódico El Día, donde hice dos años de prácticas en verano y luego un año de prácticas en el que me cogió el accidente de Los Rodeos de marzo del 77. Luego, pasé a Diario de Avisos porque me hicieron una buena oferta. Allí estuve siete años como jefa de sección y terminé siendo redactora jefa. Luego hice las oposiciones a RNE. En medio de eso, estuve 12 años de corresponsal de Europa Press para la provincia de Santa Cruz de Tenerife, con cinco premios nacionales como mejor corresponsal mensual. Me tocaron momentos muy difíciles. En ese balance tengo que incluir el accidente de Los Rodeos, el incendio forestal del 11 de septiembre del 84 en La Gomera recién llegada a Radio Nacional, hacía siete días que estaba allí y, por supuesto, el accidente de Spanair de agosto de 2008. El balance tiene que ser positivo porque pude conseguir cosas para la población de Canarias como fue la instalación del la FM en las islas periféricas y que todo el mundo pudiera acceder a la UNED, aparte de la cobertura de estos acontencimientos, que la delegación de la isla de San Miguel de La Palma… Yo creo que es un balance positivo. A nivel personal, el haber podido concocer a gente importante y no importante, y la posibilidad de haber tratado temas que llegan a la sociedad. A mí me preocupa mucho lo que opina la sociedad y los pros y contras que hay en determinados comportamientos y, si podemos ayudar, hay que ayudar a que las cosas se vayan solucionando.

Una persona para tomar un café, una caña… y una con la que no tomaría ni un vaso de agua.

Ahora mismo, tal y como está la situación, me encantaría un buen desayo no el rey Felipe VI para hacerle unas preguntas muy concretas, y que él me las contestara. Si no me las iba a contestar, no, pero si me las va a contestar, sí; porque hay que ponerse en su pellejo con la situación que se ha encontrado y que se sigue encontrando. Luego, yo no tomo nada con todas aquellas personas que son bastantes despreciables, a las que una las ha ayudado en su momento y luego lo único que han hecho es ir contra una.

¿Quién fue tu maestro o maestra en el periodismo?

El primero fue Ernesto Salcedo, que fue director de El Día. Estaba de director cuando llego el primer verano a hacer prácticas. Me acogió con muchísimo cariño, me apoyó muchísimo y me dijo que siguiera adelante. También pensó en mí como una buena profesional de futuro mi tío Rafael Arozarena, el autor de Mararía, que le dijo a mi padre: «Chicha vale para esto». Entonces, mi padre me apoyó e hizo el esfuerzo de pagarme la carrera en Madrid y soy de la primera promoción de licenciados en Ciencias de la Información rama de Periodismo. Luego, ya cuando he llegado a otros medios me he dado cuenta del apoyo que he recibido, En el último, fue José Antonio Pardellas que, cuando antes de irse por un ERE de Radio Nacional, que era justo el futuro que amí me esperaba años después, creyó en mí. Ten en cuenta que en Radio Nacional, que es quizás el trabajo que todo el mundo más conoce y valora, fui redactora, editora de informativos, jefa de informativos, subdirectora y directora territorial. Hubo gente también en Madrid, en la agencia Europa Press, que me apoyó muchísimo y que tuvo consideración a mi persona,.

¿Cuál es su rincón de las islas favorito?

Tengo varios. Uno es el Teide, concretamente el Parador de las Cañadas del Teide, porque una vez se va todo el turismo, se va toda la gente, se van todos los visitantes, allí te quedas y parece que te puedes comunicar hasta con los que ya no están.

La mejor cafetería para un buen desayuno…

Tengo varios. Yo frecuento el Imperial, en Santa Cruz de Tenerife, pero no por eso dejo de pensar en otras como las de la calle Real, en Santa Cruz de la Palma, donde he desayunado muchísimas veces por el cargo y por las veces que fui a la isla. Mi cafetería, hoy por hoy, es el bar Imperial.

Un libro…

(Suspira). Tengo muchísimos, pero uno de ellos que me marcó y luego me marcó todavía más la película fue Tomates verdes fritos.,

¿Cómo sueña la profesión?

Sueño que la gente se convenza de que el periodismo es un cometido delicado desde el que se puede hacer mucho daño a la gente, si se miente. Es un servicio a la sociedad, que lleguen las opiniones y las informaciones a todo el mundo en general, estén donde estén. Sueño con un periodismo libre, independiente, profesional y, sobre todo, que sirva para lo que está pensado para servir a la sociedad y para que la gente conzoca lo que sucede.

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