El nuevo programa de Canal Sur en el prime time del jueves lleva por título ‘5.C El Debate’. Hace referencia a la principal herramienta de un periodista, la pregunta, concretamente a las famosas «Seis W» del periodismo. Así pretende «conocer, comprender, contrastar, contarla y corregir» la actualidad andaluza a través del debate y la participación de la ciudadanía. Y para que nada falte, y completar así la media docena, todo esto con la C de COMUNICADORA, la de Mariló Montero.
Tras un periodo en excedencia vuelves a Canal Sur. Una relación de “ida y vuelta” a punto de cumplir las bodas de plata …
¡Ah qué bueno! Suena bonito, redondo.
¿Ha cambiado mucho la radiotelevisión pública andaluza desde entonces?
La cuarta revolución industrial ha llegado y tiene su reflejo también en los medios de comunicación, que tienen que estar innovando constantemente. La noticia no cambia, se produce y hay que contarla, pero la forma en que se narra sí. Por ejemplo, se fomenta mucho la realidad aumentada y se impone la obligación de ser más didáctico para ser más útil, para que la audiencia realmente se entere de lo que está viendo y luego pueda formarse una opinión propia. Y Canal Sur está en una fase de crecimiento permanente que irá a más en la medida que aumente su presupuesto.
La posibilidad de perder una plaza no creo que sea el único motivo para su vuelta a Andalucía. ¿Qué le ilusiona en este nuevo proyecto?
Me ilusionó el hecho que fuese para lo que se me ha pedido que haga y estoy haciendo. Un debate en torno a una mesa a través de cuatro contertulios con dos hombres y dos mujeres, integrantes de cuatro generaciones diferentes. Una mesa de debate edificante que permite contrastar realmente las opiniones e ideologías de cada uno, que sin duda representan a todas las personas que puedan ver el debate. También contamos con tiempo para hacer entrevistas en profundidad dentro de la amabilidad pero manteniendo el rigor periodístico. Y algo muy importante: que el público interactúa con el invitado y le pregunta/repregunta libremente.
“La Nuestra” es menos de todos y todas. Se ha caído la audiencia en los ámbitos urbanos y entre los jóvenes. Roberto Leal, Manu Sánchez, Toñi Moreno, tu misma sois la apuesta de la nueva dirección para reenganchar a ese público. ¿Cómo te propones conseguirlo?
Cuando se hace un formato lo primero que tienes que preguntarte es quien ve la televisión, y los jueves hay una competencia brutal donde los jóvenes están entretenidos en otros contenidos. Seducir a la gente joven con un debate político, de actualidad, es complicado. Los guantes de boxeo, y el tamaño de los boxeadores no son los mismos frente a Gran Hermano.
Hay críticas en este sentido, por la baja audiencia …
Queremos ganar más espacio cuantitativo en la audiencia. Prácticamente Canal Sur no congregaba a nadie los jueves, se parte de un cero de audiencia. Sin embargo, el primer programa obtuvo un 2% y en el tercer programa un 3,2 %. Hemos pasado de 50.000 espectadores a 98.000 en tres emisiones, nos han visto en algún momento casi 600.000 personas. Son datos muy positivos, que nos muestran un crecimiento ascendente. Y queremos que sea firme, que no sólo se quede en el interés generado porque en Canal Sur se debata libremente sobre la sentencia de los ERES. Espero que el reclamo de llamar a los espectadores a que vean y participen de temas cercanos y que le afectan de lleno como andaluces, sea creciente y sostenible. Ahora hay que darse a conocer y generar la confianza de la gente, seducir a ese público. Y eso nos va a llevar un tiempo. A los haters les digo que cuando hablan mal de mí no hacen más que premiarme.
Y lo haces con un programa de producción propia con personal de la casa …
Así es. Este formato con un decorado precioso, con unas sintonías épicas muy potentes es de producción propia PROPIA. Esto significa que no hay ninguna productora externa que participe en 5C. Todos los compañeros que hacen el programa, que son muchos ya que intervienen desde la musicalización, realización, montaje, post-producción, producción, redacción, imagen, maquillaje …. hasta Carmen que me hace brillar, mi iPad, tienen una formidable motivación. Algo que se contagia a los propios los colaboradores, que toman su trabajo como si les fuera toda la pasión profesional en ello.
En un formato muy americano, algo te habrá inspirada tu reciente estancia allí …
La mesa elevada, redonda y con taburetes altos provoca una actitud activa entre los contertulios. De la televisión americana me traigo el ritmo, la agilidad y el decorado.
Estamos en la semana contra la violencia de género. ¿Cómo valora la causa feminista?
Hay que unificar la ideología feminista. Acabo de publicar una novela de María de Maeztu que fue una gran feminista. Gracias a ella las mujeres de alguna forma pudimos estudiar en las universidades. En aquella época el feminismo tenía un objetivo único: acercar la cultura a las mujeres para que pudieran empoderarse y no depender de nadie. María, “La Maestra” es un referente de mujer que no quiso conformarse solo con hacer teatro, literatura o tocar el piano para distraer a los amigos de su marido, sino que optó por defender la causa de que las mujeres hicieran su propia carrera, se independizara y formaran una familia; en no depender de un marido para poder sobrevivir. Sin embargo, en el siglo XXI hay diferentes feminismos. El feminazi, de la ideología de extrema izquierda, y el de resto de mujeres que aunque luchamos por lo mismo nos sacan de su círculo. Es muy peligroso que cuando todavía las mujeres tenemos que protegernos de hombres que maltratan, de leyes incompletas, que en la educación todavía no nos facilitan las STEM … no haya unión. Tenemos que hacernos fuertes, crear una zona de acuerdo y fomentar los derechos de la mujer en una sola línea: la Igualdad de todas. Mientras nos dividan, las mujeres vamos a perder.
Y hay otro tema importante que me comentaba el otro día Amparo Rubiales a colación de libros de Adela Muñoz (“Imbatibles, la edad de las mujeres”) sobre el machismo de los algoritmos, es decir, sin darnos cuenta los hombres están dirigiendo y aplicando la inteligencia artificial. Hasta las aplicaciones más sencillas de un móvil están pensado y diseñado por hombres. Hay un patriarcado digital que no se puede perpetuar y la mujer tiene que tomar partido para que el desarrollo tecnológico sea completo y mejor, más redondo.
Igualmente, es un día también para reivindicar el papel de la mujer en el periodismo. ¿Lo tiene más difícil las periodistas? ¿Cree que quedan espacios por conquistar?
Es evidente que sí. La mayoría de los programas y departamentos siguen dirigidos por hombres. La dirección de informativos, de las productoras, de los periódicos … casi todos los sectores de poder. Las columnistas somos cada vez más mujeres, pero todavía somos menos que los hombres.
Lo reivindica alguien que con 18 años hizo las maletas y se fue a Costa Rica a trabajar en Univisión. Supongo que a su familia le daría un “patatús” …
¡A los dos! A mi madre y a mi padre los huesos se le quedaron en arena de playa. Fue un acto de valentía. Pero tenían mucha confianza en mi y eso me empoderó para trabajar en Costa Rica en televisión. He sido muy independiente desde siempre y mis padres se encargaron de educarme para defenderme de los agentes violentos externos. Hay que tener carácter y mucha fuerza.
Luego ha trabajado con Jesús Hermida, Concha Velasco, Hilario Pino, Luis Mariñas, Carlos Herrera, Tom Martín Benítez, TVE, TeleMadrid, Antena 3, Canal Sur Radio … Toda una vida dedicada al periodismo … Todo esto le ha hecho merecedora de un Antena y Micrófono de Oro a su trayectoria. Sin embargo, a veces solo se le relaciona con algunos errores polémicos o por su relación con Carlos Herrera. ¿No le da rabia?
Eso es machismo. Cuando estaba casada con Carlos me relacionan profesionalmente con Carlos, y cuando no lo estoy también. De todas formas, para mí los haters me hacen brillar mucho más que un premio.
También te has dedicado a la docencia …
Con Lola Álvarez teníamos un proyectazo maravilloso, del que salieron grandes profesionales que todavía están trabajando en televisión. Pero le ofrecieron ser la Directora General de la Agencia EFE y cómo no iba a aceptarlo. Ha sido una de las grandes satisfacciones que tengo, que tenemos. Pasaron los mejores profesores y las mejores experiencias. Luego lo hizo Hermida en Madrid. Era y es necesario porque la carrera de Periodismo está incompleta. Hay mucha teoría, pero se precisa mucha práctica.
… y has escrito varios libros, la última novela versa sobre “La Maestra” María Maetzu. ¿Qué supone para ti ese referente? ¿Qué tal va el lanzamiento?
Es mi primera novela y está escrita en primera persona. Lo importante es conocer la vida de María de Maeztu, que hay muchas personas que no saben lo que hizo y que la conocen por oídas al relacionarla con otras mujeres de la época como Victoria kent, Zenobia Comprubí o Clara Campoamor. Me llamó el personaje hasta el punto que cuando por circunstancias personales tuve que apartar el proyecto me puse una fotografía de ella en el salvapantallas para que cuando pasara todos los días me dijera “Mariló cuenta mi vida, que me has dejado tirada”. Y entonces me paraba, me sentaba, me repetía “qué digo”, investigaba, repasaba los apuntes … hasta que de repente un día volvía a estar dentro de mí y volví a escribir a borbotones. Esa vida hay que conocerla porque es sumamente interesante conocer que ella fue la primera que creó una Residencia de señoritas en Madrid donde las mujeres que querían estudiar tuviesen un sitio seguro donde poder hacerlo. Además, hacían networking de la época entre ellas y con ilustres como Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset. También se celebraban lo que despectivamente llamaban los hombres machistas el “Club de las Maridas”. En fin, ya lo decía la madre de María, Doña Juana Withney , que “el mayor adorno de la mujer es la cultura” y es lo que más temen muchos hombres añado yo.