La combinación de palabras malinterpretables, medias verdades y darle el valor de noticia a un hecho no contrastado nos dirige a la Fakemedia, la pandemia de las mentiras.
Rigor contra oportunismo, rumores frente transparencia. Y para ganar esta batalla, todos los días miles los periodistas a tejer mascarillas de filtro para la desinformación.
Profesionales, de todos los medios, que contrastan, utilizan con rigor el valor de palabra y que acuden a fuentes oficiales y testimonios comprobables. Tienen claro que no todo vale para ganar usuarios, lectores, oyentes, televidentes o descargas de podcast. Optan por el periodismo de calidad frente al clickbait.
Y dentro de esta corresponsabilidad con la ciudadanía y con la profesión, tienen especial incidencia la labor que están realizando aquellos que limpian de bulos y falsedades las redes sociales y mensajería electrónica. Son los medios fact-checking, los verificadores de información.

Y una labor a destacar en este sentido es la que realiza maldita.es que desde que comenzó la crisis ha desmontado un total de 256 mentiras, alertas falsas y desinformaciones sobre COVID-19.
Algunas tan peregrinas como que corear canciones en los balcones vulneran la ley de propiedad intelectual, vídeos de falsos motines en cárceles españolas o las declaraciones de Spiriman alertando de que se estaban llevando respiradores de Granada a Madrid.
Y todo este tipo de cosas son publicadas y compartidas en tuits, post o en grupos de Whatssaps, que como nos comentaba a Extradigital Julio Montes, fundador de maldita.es, «es el agujero negro de la desinformación».
Hasta tal punto es así que la propia red de mensajería instantánea ha tomado cartas en el asunto y ha donado un millón de euros para la International Fact-Checking Network (IFCN) del Instituto Poynter, una red que reúne a los principales medios verificadores a nivel mundial y cuenta actualmente con 79 miembros.

Entre ellos el citado maldita.es, Newtral y ahora EFE Verifica, que acaba de adherirse al código de principios de la IFCN. Es el tercer medio español que ha aceptado sus requisitos de imparcialidad, transparencia en el uso de fuentes y financiación, y que aplican una metodología clara.

Toda una apuesta para que desde lo público también se gane la batalla de esta pandemia en las redes. Como también hace el Ministerio del Interior a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), que ha fichado cincuentena de bulos que circulan en redes sociales.
En definitiva, desde la ciudadanía a los distintos gobierno, todos, tenemos responsabilidad en que no se propague el COVID19, y una de las principales vacunas sigue siendo la transparencia y la información veraz. La que proporciona los periodistas, los otros héroes de hoy.