- Así lo ha confirmado un estudio científico avalado tanto por la Universidad de Cambridge como de Hong Kong.
Si el tiempo empleado en ver la televisión es menor a una hora también se reduce el riesgo de sufrir enfermedades coronarias. Así lo ha confirmado un estudio científico avalado tanto por la Universidad de Cambridge como de Hong Kong. El trabajo de campo ha durado 12 años y se ha publicado en ‘BMC Medicine‘.
La clave está en el comportamiento sedentario, decir, sustituir la actividad física por el mando a distancia en el sillón o sofá. Un hecho que preocupa a la propia Organización Mundial de la Salud. Esta ha elaborado una serie de «Directrices sobre actividad física y Hábitos Sedentarios» con recomendaciones dirigidas a todos los grupos de edad.
En las misma donde ponen especial énfasis en colectivos como discapacitados, personas con enfermedades crónicas y mujeres embarazadas. Insiste en que «cualquier cantidad de actividad física es mejor que ninguna» al tiempo que «demasiado sedentario puede ser malsano». Incluye una serie de consejos para ponerlos en marcha y reducir malos hábitos.
Medio millón de participantes
En el estudio ha participado más de 500.000 personas evaluando hasta 300 referencias de riesgo de padecer una enfermedad coronaria. Y el resultado ha sido claro. A más horas frente a la tele, más papeletas para que el infarto o la angina de pecho haga su aparición.
Así se demostró con aquellos que consumían más de cuatro horas televisión y que tuvieron mayores percances de diferente grado. La estadística bajaba a medida que el consumo se reducía también. Así, la tasa bajaba un 16 % si estaba expuesto menos de una hora, confirmando la hipótesis planteada. Aún así es preciso indicar que la patología depende de muchos más factores, pero queda también claro que ya podemos sumarte un riesgo más.
Entre la causa-efecto está el hecho de que cuando más se consume televisión es por la noche. Justo cuando se hace una comida más hipercalórica. Si te quedas viendo la televisión y no quemas toda esa grasa o azúcar acaba almacenándose en las coronarias hasta provocar el colapso.
Así que ya queda dicho: menos televisión, más ejercicio. Como anécdota el trabajo no hace referencia a cómo afecta los programas del corazón al ´romano vital y a la mente. Suponemos que eso da para otro estudio …