La fiebre que este cronista tuvo la madrugada del sábado hizo que volviese a disfrutar de sus respectivas compañías. Mi mujer me puso el termómetro y Beatriz me acompañó hasta caer dormido. Me acosté en el sofá, mientras ella desde esa pantalla que siempre llena, aliviaba mi convalecencia con su buen hacer periodístico. Siempre están ahí.
Beatriz está cada sábado y domingo durante horas leyendo siempre las mismas noticias en el 24h de RTVE. Ella es la gran presentadora Beatriz Pérez Aranda.
Robar tiempo, durante la semana, para ver un informativo es difícil. Uno sólo espera al fin de semana para que Beatriz “me de todo”. En los seminarios de tele marketing refuerzan la idea de que la última llamada del día debe ser realizada con la misma ilusión que la primera de la jornada laboral. Beatriz presenta su última edición de la mañana del domingo con el mismo entusiasmo que la madrugada del sábado. Diez son las veces que puede hablarte en su mismo informativo de la misma cumbre europea, el ganador del Príncipe de Asturias –Princesa, perdón- de la Concordia o el gol de un tal Mariano del Celta, al que nadie conoce, y que con su tanto empató sorprendentemente con el Madrid del entrenador que toque en ese momento.
Termino contándoles que mi Beatriz fue directora del BOE en 1993, profe de la Complutense, tertuliana de Garci (también sabe de cine) y cinco han sido los libros escritos por mi musa de la noche informativa.
