Entre Rafael Camacho y Enrique Cervera, la portavoz del gobierno fue Montserrat Badía, la primera mujer en ostentar esta responsabilidad en el gobierno andaluz. Apenas estuvo un año y pasó, como reconoce la propia protagonista, “una etapa fallida donde por falta de confianza no pude aportar nada y nada me aportaron a mí”.
Tras la experiencia de un portavoz no afiliado como Rafael Camacho, el presidente quiso seguir la misma estela que hasta el momento le había funcionado. “Fue una sorpresa. Tras mi paso por el Ayuntamiento de Sevilla, estaba retirada de la vida pública en un puesto directivo. Chaves me llamó a casa y le manifesté que de comunicación sabía poco, pero dio más valor a los sectores sociales y económicos que conocía, las relaciones institucionales que había forjado durante mis distintas responsabilidades… El presidente confiaba y yo confié en que el apoyo técnico me lo proporcionarían la oficina del Portavoz”.
Badía considera que para ella fue una rémora no ser periodista, “cada profesión requiere una técnica, una pericia. No tenerla no me favoreció” y además siente que nunca tuvieron confianza en ella y “eso es fundamental pues cuando la hay es fácil, cuando no: es imposible. No era una cuestión solo del presidente, sino del consejero de presidencia y todos los demás. Me encontré en una isla, en un gran despacho, pero como en una isla”.
En su corta etapa se esforzó por utilizar un lenguaje cercano, “entendible para todos los públicos, la gente acepta que le digas la verdad y le expliques el porqué; con transparencia y sencillez”. Recuerda como destacado la puesta en marcha del Portal de la Junta. “Fue idea de Rafael Camacho, pero conmigo inicia la andadura. Se contratan las primeras personas, como David Montaño. La comunicación sin intermediarios; queríamos hacer la información más viva”.