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Nerea Aguado: «Con la comunicación inclusiva expresamos sin invisibilizar a nadie»

El Ayuntamiento de Segovia cuenta, desde el pasado junio, con una ‘Guía para una comunicación inclusiva‘. El objetivo no es otro que el de proporcionar herramientas para comunicar de manera más respetuosa. Para lograrlo es imprescindible un pensamiento crítico con el lenguaje establecido y ahí es donde entra en juego Nerea Aguado, la comunicadora navarra encargada de elaborar este cuaderno de bitácora dirigido al personal que trabaja en el área de Juventud del Consistorio.

Formada en Comunicación Audiovisual, Publicidad, Marketing e Igualdad de Género, Aguado tiene claro cuál es su proyecto personal: la incorporación de la perspectiva de género en todos los ámbitos relacionados con la palabra, el lenguaje (oral, escrito y visual) y la comunicación.

¿Cómo comenzó a fraguarse esta “Guía para una comunicación inclusiva”?

La concejalía me contactó porque uno de sus objetivos es aplicar la igualdad en todas las áreas. Buscábamos una guía práctica pero que a la vez no lo diera todo mascado. No se trata de cambiar unas palabras por otras, sino de entender que todas las personas tenemos derecho a ser tratadas igual y que ese trato igualitario también se da a través del lenguaje. Aunque las herramientas son universales, los términos y las expresiones que utilizamos como ejemplos son las más utilizadas en ese ámbito.

¿Hasta qué punto es importante que las personas que trabajan en la administración pública sean conscientes de la relación entre el lenguaje y el pensamiento a la hora de comunicarse?

Quienes trabajan en administración suelen ser el primer contacto con el resto de personas. Por ello es tan importante que su lenguaje represente los valores del ayuntamiento en el que trabajan o la institución a la que representan. Además, si reflexionan sobre la manera en la que usan el lenguaje, seguramente hallarán mejoras en los protocolos y podrán volver su trabajo más eficiente y humano.

Y hablando de una comunicación inclusiva… ¿En qué ámbitos es necesaria? Porque la guía se centra, sobre todo, en el área de la igualdad de género…

No hay un solo ámbito en el que trabajar por los derechos humanos no sea necesario. Todas las personas tenemos derecho a ser representadas y a recibir una información que nos incluya. La Guía se centra en el área de la igualdad de género porque responde al objetivo de igualdad de la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Segovia, pero creo que las reflexiones que propone son válidas para todos los ámbitos.

¿Qué herramientas proporcionas en la guía para hacer frente las actitudes (sexistas, en este caso) que excluyen?

Desde mi punto de vista, la herramienta fundamental es pensar qué se quiere decir y cómo. La mayoría de profesionales tienen conciencia social, creen en la igualdad y la no discriminación y tienen grandes conocimientos del lenguaje (escrito y visual). A veces basta con cambiar el chip, ver las posibilidades que tiene nuestra lengua y utilizarlas. Para darnos cuenta, se proporcionan glosarios específicos y usos de la gramática que nos pueden ayudar.

Es muy frecuente usar “el representante” o “el responsable”, dando por hecho que siempre representan o ser responsabilizan los hombres

¿Me podrías poner un ejemplo de lenguaje sexista no inclusivo que se dé con frecuencia en las instituciones públicas?

Es muy frecuente usar “el representante” o “el responsable”, dando por hecho que siempre representan o ser responsabilizan los hombres. O la palabra “técnico” incluso al dirigirse a una técnica. Personalmente a mí me irrita el uso del masculino en “proveedores”, pues normalmente se refiere a empresas o entidades proveedoras y usando el masculino nos cargamos la concordancia gramatical, pero eso no parece molestar a nadie.

¿Somos lo que comunicamos?

Comunicamos lo que somos. Nuestra manera de comunicarnos es reflejo de cómo pensamos y de cómo nos han educado. A veces estamos en proceso de desaprender esa educación, nos han enseñado a discriminar, pero ya no queremos hacerlo, por ejemplo, pero nuestra manera de expresarnos aún no comunica nuestra nueva manera de pensar. Eso nos puede frustrar. Si acompañamos nuestra evolución de pensamiento con nuestra evolución en el lenguaje, nos sentiremos mejor y el resto de personas percibirá una versión más realista nuestra.

Si acompañamos nuestra evolución de pensamiento con nuestra evolución en el lenguaje, nos sentiremos mejor

La Guía cuenta con un apartado de comunicación no verbal. ¿También practicamos la exclusión sin mediar palabra?

Siempre que comunicamos, en el soporte que sea, comunicamos una manera de ver el mundo. Las imágenes, los sonidos, las luces, encuadres, gestos… todo comunica. Si no prestamos atención, tendemos a reproducir los estereotipos que hemos aprendido.

Tras años de experiencia en comunicación y marketing, ¿qué te ha llevado hasta el ámbito de la igualdad para, finalmente, establecer una estrecha relación entre los tres?

Fue precisamente dedicándome al marketing cuando vi que no se tenía en cuenta a las mujeres como interlocutoras. No se nos nombraba o se usaba el femenino incluso en publicidad enfocada directamente a nosotras. Antes incluso en pensar en la parte social me pareció una incoherencia que podía afectar a las ventas. Hay que determinar muy bien el público objetivo para que una campaña funcione y fallar en el mensaje final me parecía horroroso. A eso se unieron mis valores sociales en pro de la igualdad y el feminismo. Solo tuve que remover un poco, unirlo con mi pasión por las palabras y empezar a proponer alternativas.

Fue precisamente dedicándome al marketing cuando vi que no se tenía en cuenta a las mujeres como interlocutoras

¿Se podría decir que tu marca personal es la de la comunicación inclusiva?

De hecho, ese es la marca comercial que he elegido. Aunque me especializo más en comunicación no sexista, una comunicación que no discrimine también tiene que ser antirracista, anticapacitista, etc. En todos estos ámbitos es imprescindible una formación constante, escuchar a los colectivos implicados, mantener un pensamiento crítico tanto ante lo establecido como las modas y no dejar de interesarse en la mejor manera de expresar lo que queremos decir sin excluir ni invisibilizar a nadie.

Creo que has impartido formación sobre ello en Medios de Comunicación. ¿Cómo está el barómetro de la comunicación inclusiva, según tu punto de vista, en estas empresas?

Imparto formación a departamentos de comunicación que tratan con los medios. Me sorprende que en ámbitos donde se da tanta importancia a la exactitud y concreción de las palabras, donde se invierte tanto en marketing para dar con el eslogan o lema adecuado y donde se repasan las notas de prensa en busca de erratas, no se busque expresar los valores de la empresa a través de la comunicación. Expresiones como “la plantilla”, “el equipo de dirección” o “nuestro personal” son sencillas de utilizar y comunican el compromiso de cualquier organización con la igualdad, sin necesidad de invertir en costosas campañas.

Hay un interés en general por expresarse adecuadamente, pero no hay una formación específica y personalizada. En los medios de comunicación falta un enfoque más directo en estos temas. Igual que hay personas expertas en economía o con conocimientos de un idioma en una corresponsalía, debería haber encargadas de revisar el uso de un lenguaje no discriminatorio.

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