Como marca no nos viene muy bien… ¿O sí? Los maestros de la comunicación le darían la vuelta. Recuerdo a Richard Pryor en “El gran despilfarro” quien, bajo el lema ‘A ninguno de los anteriores’ animaba a la gente a no votar a nadie, incluido él. Sin embargo, con esa estrategia, logró conseguir el efecto contrario y hacerse con la mayoría de votos. Entonces, ¿por qué no aprovechar ese #NiPutoCasoAZaragoza como el espíritu que empuje una nueva candidatura olímpica apoyada por toda España?
Nuestros compañeros de El Confidencial han destapado la negociación celebrada en secreto en noviembre del 2019 donde Alejandro Blanco se reunió con el expresidente de la Generalitat Artur Mas y un alto cargo del Govern, en la actualidad, imputado en varios casos de corrupción. Sin entrar en detalles de lo que se trató en el encuentro, me quedo con el ninguneo a Aragón en la candidatura conjunta con Cataluña para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030 y esa consigna de “ni puto caso a Zaragoza” y, con ello, el perjuicio económico que puede suponer para esta comunidad, ya de por sí bastante ignorada.
Una ración de morcilla y un buen plato de migas fueron testigos, hace unos años, de una conversación que mantuve con Juan Antonio Samaranch Salisachs. Al día siguiente, íbamos a celebrar un desayuno con un grupo de empresarios aragoneses con el objetivo de que conociesen, de primera mano, qué beneficios económicos generaría la celebración de unos Juegos en Aragón. En ambas ocasiones, tomé conciencia de la relevancia de un evento de tal magnitud y de todo lo que supondría para Aragón.
Engaño a todos los aragoneses
Cuento esto porque no somos conscientes de la primera batalla que hemos perdido gracias a las malas artes de personajes como Alejandro Blanco, Pedro Sánchez o Miquel Iceta. Porque a quien se engañó el pasado 16 de septiembre de 2021, cuando el presidente del gobierno y su ministro de Cultura y Deporte se comprometieron a alcanzar una candidatura “de país y en condiciones de igualdad”, no fue solo a Javier Lambán. Fuimos engañados todos los aragoneses. Igual que el 25 de noviembre del año pasado, cuando una repleta Sala de la Corona fue testigo de las palabras vacías ¡de verdad! del presidente del COE, Alejandro Blanco. Y así se ha demostrado con el tiempo.
La falta de entendimiento entre Pere Aragonés y Javier Lambán no ha favorecido el escenario para una candidatura conjunta, a priori ideal. Pero claro, era algo complicado, por no decir imposible, cuando la lealtad de los independentistas catalanes con todo lo español ha brillado, históricamente, por su ausencia. A esto se suma ese “supuesto acuerdo técnico”, que siempre intentó vendernos Alejandro Blanco, pero que era una infamia al atender a un reparto muy desigual de pruebas y sedes. Después de todo esto, el desenlace ya lo conocen todos ustedes: un adiós a ese sueño olímpico en el que el COE, encima, ha señalado a Aragón como único culpable de unas negociaciones infructuosas.
Descalificaciones e insultos
Los diferentes episodios y desencuentros de Alejandro Blanco, no se engañen, no han sido con el presidente del ejecutivo aragonés. Han sido con todos los aragoneses. La patada a Aragón la han dado, en esta ocasión, en el trasero a nuestro presidente. Javier Lambán ha recibido, tal y como él mismo ha indicado, una “avalancha de descalificaciones e insultos” por rebatir al COE y buscar un acuerdo conjunto para celebrar los Juegos. Que nadie olvide que es nuestro representante y que ha defendido los intereses generales de toda una comunidad.
Ahora toca ir por libre. El Gobierno de Aragón ha confirmado candidatura en solitario para los Juegos de 2034. Es el momento de unirse y de apoyar sin fisuras dicha candidatura. Todas las fuerzas políticas, agentes sociales y medios tenemos la obligación de dar lo mejor para conseguir lo que será un antes y un después para nuestra comunidad.
Dejemos atrás a los enfermos independentistas, al tal Alejandro Blanco (al que la mentira le acompaña y que está en la cuenta atrás de una dimisión obligada) o a Pau Gasol, al que nadie dio vela en este entierro.
No pensemos en términos de limitaciones y sí de posibilidades. Recordemos que Aragón es una tierra noble que, siempre que se ha unido, ha conseguido sus propósitos. La joya de nuestro Pirineo es sencilla de mostrar. Qué mejor oportunidad para mejorar nuestra marca y trabajar para conseguir todas las bondades de unos Juegos de los que una noche me hablaron y que solo necesitan trabajo, unidad y recursos para poderlos conseguir.
Recuerden #NiPutoCasoAZaragoza y vayamos a por ellos.